Conoce las polémicas declaraciones de Carlos Slim contra ex presidentes que bloquearon su entrada al mercado de TV de paga y la razón por la que llamó “imbéciles” a los recientes Premios Nobel de Economía, mientras acusa al IFT y Silicon Valley de frenar su competitividad.
Carlos Slim no se mordió la lengua y lanzó un par de dardos que han sacudido al mundo empresarial y académico: acusó a expresidentes mexicanos de bloquearle el paso para comercializar televisión de paga y, para rematar, calificó de “imbéciles” a los recientes ganadores del Premio Nobel de Economía 2024, James A. Robinson, Daron Acemoglu y Simon Johnson. ¿El detonante? Se atrevieron a mencionar en su libro Por qué fracasan los países que la compra de Telmex fue un proceso turbio. Slim juró que estos economistas se basaron en un chisme mal contado, pero dice que ya corrigieron la versión digital tras una carta de su grupo corporativo.
El magnate y dueño de Grupo Carso aseguró que Telmex es tratada con mano de hierro por parte de las autoridades regulatorias. Recriminó que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) le impuso condiciones que beneficiaron a gigantes como AT&T o Movistar, dejándolo fuera de servicios de televisión de paga que, de haber sido autorizados, habrían elevado su competitividad. En su relato, hubo un momento en que parecía que el acuerdo se cerraría, pero la falta de “entendimiento” con el gobierno terminó por enterrar la idea.
Slim, cuestionado desde hace años por su posición dominante, ve la cosa de otro color: alega que no se le deja competir libremente y que la supuesta “preponderancia” ha sido la excusa para imponerle topes, como la interconexión en cero. Incluso menciona que hubo presiones para separar la última milla de Telmex, un movimiento que, según él, erosiona el negocio en favor de competidores extranjeros.
Por si fuera poco, Slim sacó a relucir otro gran caballo de batalla: las empresas digitales que, en su opinión, no pagan por el uso de sus redes de telecomunicaciones. Nombró a YouTube en particular y se quejó de que, si estos titanes del streaming o del video online pagaran una cuota justa, los servicios de internet podrían abaratarse para los usuarios. Aseguró que, en Estados Unidos, la FCC estuvo cerca de habilitar esta política, pero “lobbyistas” de Silicon Valley metieron las manos y frenaron la idea.
El clímax de la polémica llegó al mencionar a los economistas James A. Robinson, Daron Acemoglu y Simon Johnson —famosos por su análisis sobre el origen del poder y la prosperidad— a quienes Slim tachó de “imbéciles” por repetir información equivocada respecto a la privatización de Telmex en su libro. Ante esto, Grupo Carso envió documentación para aclarar el entuerto, lo que resultó en la modificación de la versión digital de la obra. Un tropezón que, según Slim, pone en evidencia cuán falible puede ser la narrativa académica cuando se basa en “fuentes grises”.
Pese a todo, Slim enfatizó que sigue comprometido con México, y aseguró que sus negocios buscan impulsar la infraestructura y la conectividad en el país. Eso sí, dejó claro que no piensa ceder ni un ápice en la batalla contra lo que llama “regulación excesiva”, pues considera que sus rivales juegan con ventaja. El empresario se presenta como la víctima de un sistema que, según él, lo castiga por invertir en redes y no lo deja monetizar debidamente sus recursos.
Ya sea por las presiones del IFT, los pleitos con Silicon Valley o los roces con la élite académica, Carlos Slim Helú se exhibe sin filtros. Más allá de la veracidad de sus afirmaciones, lo cierto es que cada declaración es un torpedo mediático y político que revienta en las trincheras regulatorias y económicas. ¿Seguirá Slim alzando la voz o terminará cediendo en este ajedrez de la industria de las telecomunicaciones?
Todos los campos son obligatorios *