Sheinbaum busca más gas natural ante riesgo energético

La presidenta ordena aumentar la producción nacional de gas tras advertencia de Pemex sobre dependencia crítica de importaciones.

Sheinbaum busca más gas natural ante riesgo energético

En la conferencia matutina, Claudia Sheinbaum no dejó espacio para dudas: “Se hizo un grupo técnico que está trabajando para ver distintas opciones para poder tener más gas natural”. La frase llega tras la advertencia más seria en años: Pemex considera la dependencia del gas estadounidense como un problema de seguridad nacional. Hoy, México importa entre 70% y 90% del gas que consume, un energético que genera 60% de la electricidad del país.

Un giro estratégico con fracking incluido

El Plan Estratégico 2025-2035 de Pemex marca un cambio radical: apostar por yacimientos no convencionales y reactivar el fracking, técnica prohibida en el sexenio anterior por sus riesgos ambientales. “Necesitamos ese gas y debe ser nacional. Tenemos que reducir la dependencia y buscarlo en yacimientos convencionales o en geología compleja”, declaró Víctor Rodríguez Padilla, director general de Pemex. La meta: elevar la producción a 5,000 millones de pies cúbicos diarios, frente a los 3,500 actuales, para frenar la vulnerabilidad que hoy deja a México expuesto a tensiones comerciales con Estados Unidos.

El riesgo detrás de la dependencia

La advertencia no es retórica. En 2021, una ola invernal en Texas dejó a México sin gas durante días, paralizando industrias y apagando plantas eléctricas. Hoy, con la relación bilateral marcada por incertidumbre y presiones comerciales, el escenario preocupa a analistas. “Si Estados Unidos cierra la llave, México se queda a oscuras”, advirtió Rodríguez Padilla en un foro reciente. Fitch Ratings ya alertó que la dependencia podría aumentar si no se acelera la producción interna, mientras la demanda eléctrica sigue creciendo.

¿Qué viene?

Pemex y el Instituto Mexicano del Petróleo trabajan en un plan que incluye exploración en cuencas como Burgos, Tampico-Misantla y Sabinas, donde los yacimientos de baja permeabilidad requieren fracturamiento hidráulico. El gobierno promete aplicar tecnología avanzada para reducir impactos ambientales y abrir la puerta a asociaciones estratégicas que compartan riesgos financieros. Pero el debate está servido: ¿es el fracking la solución para garantizar la soberanía energética o un retroceso ambiental en plena transición energética?


📌 Conclusión: México enfrenta un dilema histórico: seguir dependiendo del gas barato de Texas o asumir los costos y riesgos de producir el suyo. La decisión de Sheinbaum marca el rumbo de la política energética para la próxima década.


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