Eólica en Tamaulipas, un impulso que ya prende motores

Un vistazo en terreno al avance del proyecto “Central Eólica 24 Wind” en Mier: inversión, trámites, voces locales y por qué este parque podría marcar el futuro energético de la frontera noreste.

Eólica en Tamaulipas, un impulso que ya prende motores

En el camino polvoso que lleva a Mier, Tamaulipas, resuena el rumor de que el viento ya comenzó a cambiar. A unos cuantos kilómetros del casco urbano, el terreno en “Las Peñitas” y “Corral de Barracas” ya respira diferente: ahí, lo que empezó como dibujo en planos se está convirtiendo en impulso real hacia una energía limpia.

La empresa EPM Eólica 24 dio un paso que retumba en la región. Su proyecto Central Eólica 24 Wind, valorado en 2,630 millones de pesos, avanza sin pausa. La instalación de 25 aerogeneradores sobre casi 58 hectáreas, con potencial para generar 105 megawatts, ya superó el filtro del CENACE y obtuvo el visto bueno ambiental ante Semarnat.

En una reunión en Monterrey, los nervios no eran ficticios. Por un lado, Roberto Manuel Rendón Mares —subsecretario de Electricidad y Energías Renovables de Tamaulipas— pasaba de ojear planos a cuestionar detalles: “¿Y la línea de transmisión?”, preguntó con el ceño fruncido. Frente a él, Ramón Huereca, del CENACE, respondió con precisión: “El proyecto está sobre la mesa técnica y cumple los requisitos formales”. Esa tensión del diálogo resume el estado actual: trámites en marcha, pero con esperanzas genuinas.

La ambientación alrededor no pasa desapercibida. El viento sopla suave sobre el terreno seco, y en el aire se mezclan olores a tierra y promesa. “Esto sí puede ser motor de empleo y desarrollo”, dice con voz firme Lucía, vecina de una comunidad vecina, que sueña con que los jóvenes no se vayan. Esa expectativa social, tangible, es parte de este despegue energético que huele a tierra húmeda y posibilidad renovable.

El horizonte energético en Tamaulipas ya no es solo horizonte: es barril, es turbina, es viento que se transforma en esperanza institucional y en oportunidad concreta para activar proyectos que, desde hace años, solo eran pronóstico.


No es solo invertir o construir. La clave vendrá con la conexión —¿llegará el tendido eléctrico sin tropiezos?—, la operación eficiente y el impacto social real. Si todo sale bien, cada uno de los 25 rotores no solo producirá electricidad; producirá impulso para una región que busca reconvertirse con las alas del viento.

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