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Deuda de Pemex golpea a Grupo México: suspensión de plataformas hunde ventas en 70%

Grupo México reporta desplome en ingresos por suspensión de plataformas contratadas con Pemex; alerta sobre riesgos en la cadena petrolera.

Deuda de Pemex golpea a Grupo México: suspensión de plataformas hunde ventas en 70%

La crisis financiera de Petróleos Mexicanos (Pemex) comienza a generar efectos colaterales en la cadena de servicios petroleros. Grupo México reportó una caída del 70% en las ventas de su subsidiaria Perforadora Mexicana (PEMSA) tras la suspensión temporal de cuatro plataformas “Jack Up” por falta de pagos en proyectos contratados con la petrolera estatal.

Durante el tercer trimestre de 2025, PEMSA registró ingresos acumulados por 53.4 millones de dólares, frente a los 178 millones del año anterior, mientras que el EBITDA se desplomó 93%, hasta 6.8 millones de dólares. Las plataformas afectadas —Chihuahua, Zacatecas, Campeche y Tabasco— permanecen inactivas desde julio, lo que ha reducido la capacidad operativa y generado costos adicionales por mantenimiento y personal.

La División Infraestructura de Grupo México también resentió el impacto, con ventas netas por 496 millones de dólares, una baja de 13.9% interanual, atribuida a la suspensión de contratos y a la volatilidad cambiaria. Aunque las plataformas modulares Veracruz y Tamaulipas mantienen eficiencias del 100%, el golpe financiero refleja la dependencia del sector privado respecto a la liquidez de Pemex.

El reporte advierte que los costos de combustibles, especialmente el diésel, representan 29.5% de los gastos operativos, y que cualquier variación en precio o disponibilidad podría agravar la situación. Factores como restricciones en permisos de importación, crisis globales de suministro o cambios regulatorios podrían comprometer la capacidad de la empresa para trasladar incrementos a sus clientes.

La suspensión de plataformas no solo afecta a Grupo México: evidencia el riesgo sistémico que genera la falta de pagos en Pemex, cuya deuda con proveedores supera los 500 mil millones de pesos. Si la petrolera no logra estabilizar su flujo de efectivo y cumplir compromisos contractuales, el impacto podría extenderse a toda la cadena de valor, desde perforadoras hasta empresas de logística y mantenimiento.

En un contexto donde la industria petrolera enfrenta presiones por la transición energética y la volatilidad de precios internacionales, la falta de certidumbre financiera amenaza la competitividad del sector. El desafío para Pemex no es solo reducir deuda: es recuperar la confianza de sus socios estratégicos antes de que la crisis se convierta en un freno para la producción nacional.


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