Pemex recorta pérdidas en 3T25 y promete reducir deuda, mientras enfrenta vencimientos críticos y busca rentabilidad.
Petróleos Mexicanos (Pemex) cerró el tercer trimestre de 2025 con una pérdida neta de 61,242 millones de pesos, una cifra que, aunque sigue en terreno negativo, representa una mejora sustancial frente a los 161,455 millones del mismo periodo de 2024. La petrolera atribuye esta reducción a menores costos de ventas, ajustes contables y una utilidad cambiaria que amortiguó el impacto de precios internacionales del crudo y la declinación natural de campos maduros.
En el plano operativo, Pemex mantuvo una producción promedio de 1.65 millones de barriles diarios, mientras que el procesamiento de crudo superó el millón de barriles por día, impulsado por la operación continua del Sistema Nacional de Refinación y la entrada en marcha de trenes en la refinería Olmeca. Estos avances permitieron que el 62% de la producción de petrolíferos correspondiera a destilados de alto valor como gasolinas y diésel, en línea con la estrategia para reducir importaciones.
Sin embargo, el desafío financiero persiste. Al 30 de septiembre, la deuda total de Pemex se ubicó en 100,300 millones de dólares, un incremento de 2.7% respecto al trimestre anterior, derivado de operaciones para cubrir vencimientos de corto plazo. La empresa asegura que estas medidas permitirán reducir la deuda de corto plazo en 32% y la deuda total en 10% al cierre del año, apoyadas por recompras de bonos por más de 12,000 millones de dólares y un fondo de financiamiento respaldado por la banca de desarrollo.
El contexto no es menor: Pemex enfrenta vencimientos críticos en 2026 por más de 18,000 millones de dólares, mientras busca mantener liquidez y avanzar en proyectos estratégicos que garanticen rentabilidad. El Plan Estratégico 2025-2035 plantea una hoja de ruta para estabilizar la operación, incrementar la producción a 1.8 millones de barriles diarios y diversificar hacia negocios energéticos más sostenibles. Pero la presión por la deuda y la necesidad de inversión privada en contratos mixtos son señales claras de que el rescate financiero no está completo.
Pemex sigue siendo un pilar de la economía mexicana, pero su futuro dependerá de algo más que cifras trimestrales: requiere disciplina financiera, eficiencia operativa y una transición inteligente hacia un modelo energético competitivo. El tiempo para demostrarlo se acorta.
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