El nuevo esquema de financiamiento de Pemex podría comprometer hasta 70% del capital de la banca de desarrollo, advierte Moody’s.
El Plan Estratégico 2025–2035 de Petróleos Mexicanos (Pemex), presentado por la administración de Claudia Sheinbaum, busca reducir la dependencia de la petrolera del gobierno federal hacia 2027 mediante un fondo de inversión de 250,000 millones de pesos. Sin embargo, la calificadora Moody’s advirtió que el esquema incrementa la exposición de la banca de desarrollo a niveles críticos, lo que podría comprometer su estabilidad.
El plan contempla que la banca de desarrollo —principalmente Nafin y Bancomext— aporte el 50% del fondo, es decir, hasta 125,000 millones de pesos, respaldados por garantías del gobierno. El resto provendrá de la banca comercial y, más adelante, del mercado. Según Moody’s, si se cumple el monto anunciado, la exposición de los bancos públicos al riesgo petrolero podría alcanzar el 70% de su capital común tangible (TCE), frente al 10% en la banca privada.
Actualmente, Pemex ya representa una carga significativa: 24% del TCE de Nafin y 8% de Bancomext. A pesar de las garantías federales, la calificadora advierte que la concentración de riesgo es alta, sobre todo en un contexto donde la petrolera arrastra una deuda de 98,800 millones de dólares, el 80% en moneda extranjera. Solo en el primer semestre de 2025, la Tesorería transfirió 95,000 millones de pesos para cubrir vencimientos por casi medio billón de pesos.
Moody’s reconoce que el esquema podría aliviar la presión sobre Pemex y dar flexibilidad a los bancos, al eliminar la necesidad de provisiones gracias a las garantías. No obstante, advierte que será necesario conseguir financiamiento adicional por al menos 23,000 millones de dólares para cubrir el gasto de capital estimado, lo que mantiene la incertidumbre sobre la sostenibilidad del plan.
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