El sector químico reclama a Pemex saldar 25 mil mdd en adeudos y garantizar gas natural competitivo para evitar riesgos a la soberanía industrial.
La industria química mexicana lanzó un llamado urgente: Pemex debe pagar más de 25 mil millones de dólares en adeudos a proveedores y asegurar el suministro de gas natural competitivo. El mensaje, emitido durante el Foro Nacional de la Industria Química, refleja la contradicción que enfrenta el sector: el gobierno pide producir más, invertir y crecer, mientras persisten pagos atrasados y falta de insumos clave.
La industria química es el corazón de múltiples cadenas productivas: desde fertilizantes y plásticos hasta farmacéuticos y alimentos. Sin gas natural —principal materia prima y fuente energética— la operación se paraliza. Hoy, México depende en más del 70% de gas importado, lo que lo expone a riesgos geopolíticos y volatilidad de precios. Esta dependencia, sumada a la falta de pagos, limita la capacidad de las empresas para invertir y mantener empleos.
Concepto clave: insumos estratégicos
Etano, propileno, amoníaco y óxido de etileno son esenciales para producir derivados químicos. La escasez de estos insumos ha llevado a que plantas operen con menos del 50% de su capacidad instalada, afectando competitividad y generando un déficit comercial récord de 24,700 millones de dólares en 2024, el más alto entre todos los sectores industriales.
Mientras México enfrenta parálisis, Estados Unidos pasó en 15 años de importador a exportador neto de gas gracias al fracking, reduciendo costos y detonando inversiones químicas. En México, la falta de infraestructura y la incertidumbre regulatoria frenan proyectos similares, dejando al país rezagado frente a sus socios del T-MEC.
Resolver estos “frentes críticos” no es solo un tema financiero: es una cuestión de soberanía industrial y seguridad energética. Si Pemex no liquida adeudos ni garantiza gas competitivo, el riesgo es perder inversiones, empleos y capacidad productiva en un sector que aporta 21 mil millones de dólares al PIB. La pregunta es si el gobierno y la petrolera asumirán el reto antes de que la brecha con sus competidores sea irreversible.
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