Tamaulipas: La red de gas que México necesita (y nadie está construyendo)

Empresas exigen inversión en gasoductos en Tamaulipas, estado clave con potencial desaprovechado. ¿Por qué México ignora esta red energética estratégica?

Tamaulipas: La red de gas que México necesita (y nadie está construyendo)

Bajo las áridas llanuras de Tamaulipas duerme una red energética incompleta. Tuberías que podrían llevar gas a medio México terminan abruptamente, como caminos cortados por la mitad. Esta es la paradoja que empresas como TC Energía y Sempra denuncian: el estado con mayor potencial gasífero del país tiene su infraestructura estrangulada.

El sueño interrumpido

Hace diez años, Tamaulipas era el rey del gas mexicano. Hoy, su producción es solo una sombra: apenas 171 millones de pies cúbicos diarios frente a los 2,815 millones que su subsuelo podría entregar. La comparación duele más cuando se ven los números de Campeche y Tabasco, que han crecido mientras Tamaulipas se estanca.

"Tenemos todo: frontera con Texas, costa, gas y talento local", explica Areli Covarrubias de Sempra Energy. "Pero nos falta lo esencial: ductos que conecten este potencial con el país". El San Fernando-Cempoala, ese gasoducto troncal que lleva energía al centro de México, podría ser una autopista de cinco carriles. Hoy es un camino de terracería congestionado.

El modelo que sí funciona

En medio del pesimismo, brilla un ejemplo: el gasoducto Sur de Texas-Tuxpan. Esa obra faraónica de $4,500 millones de dólares -una alianza entre TC Energía y CFE- demostró que las asociaciones público-privadas pueden cambiar el juego.

"Funciona tan bien que lo extendimos a Tabasco y Campeche", comenta Rafael García de TC Energía. "El problema es que Tamaulipas, siendo la puerta de entrada, sigue teniendo ductos subutilizados". La ironía es palpable: el estado que recibe el gas de Texas no puede mover su propio gas.

La batalla por los puertos

El verdadero tesoro está en la costa. Puertos como Altamira y Matamoros podrían ser hubs energéticos, pero hoy son diamantes sin pulir. Mientras Nuevo León y Jalisco atraen inversiones, Tamaulipas lucha por modernizar sus terminales.

"Sin puertos competitivos, el gas se queda varado", advierte un ejecutivo de Naturgy. El dato es revelador: por cada barco de GNL que no puede atracar en Altamira, México pierde energía para 100,000 hogares durante un mes.

La oportunidad enterrada

Bajo la Cuenca de Burgos yace la gran esperanza: reservas de gas no convencional que podrían reducir la dependencia de EE.UU. Pero extraerlo requiere inversiones que nadie hace.

"Es el círculo vicioso", lamenta un participante del foro de Cenagas. "Sin ductos, no hay incentivo para extraer; sin gas extraído, no hay razón para construir ductos". Romperlo exige voluntad política y una visión que trascienda los periodos de gobierno.

Mientras las empresas esperan señales claras, las comunidades ven pasar los camiones cisterna cargados de gas estadounidense por carreteras destartaladas. Un recordatorio diario de que bajo sus pies hay energía suficiente, pero sobre el suelo faltan las venas para transportarla.

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