El último reporte estatal revela una caída alarmante en la producción de hidrocarburos. Ante el declive, Tamaulipas combina estrategias tradicionales con proyectos eólicos innovadores. Mientras la extracción de crudo cae a 7,200 barriles diarios, el estado apuesta por contratos mixtos y energías renovables para reactivar su sector energético
Los números no dejan lugar a dudas: Tamaulipas extrae hoy 2,300 barriles diarios menos que en 2024, una caída del 23% que refleja el agotamiento de yacimientos tradicionales y la falta de inversión en nuevos proyectos. Según el prontuario estadístico de la Secretaría de Desarrollo Energético estatal, la producción conjunta de crudo y condensados pasó de 9,500 a 7,200 barriles diarios, marcando el peor desempeño en una década para esta región fronteriza.
Expertos señalan tres factores clave detrás de esta crisis:
Agotamiento de campos maduros en la Cuenca de Burgos y zona Tampico-Misantla.
Falta de proyectos nuevos tras años de subinversión en exploración.
Cambio de prioridades hacia contratos mixtos y energías renovables.
"Tenemos reservas probadas por 3 millones de barriles, pero sin tecnología e inversión no se pueden aprovechar", admite un funcionario estatal bajo condición de anonimato.
Ante este panorama, el gobierno de Tamaulipas está redoblando la apuesta por alianzas con privados:
Campo Trión: Proyecto estrella en aguas profundas con la australiana Woodside Energy.
13 contratos activos: Con empresas como Diavaz, Newpek e Iberoamericana de Hidrocarburos.
"Es el modelo que puede salvar nuestra industria", asegura Ángel Jiménez, secretario de Desarrollo Energético, quien destaca que estos esquemas combinan la experiencia de Pemex con la tecnología y capital privado.
Mientras el petróleo declina, Tamaulipas acelera su transición energética:
✅ Parque Eólico Huizache: Proyecto chino con almacenamiento en baterías.
✅ Mesa técnica energética: Para atraer más inversiones limpias.
✅ Consejo consultivo: Integrará a empresarios y expertos internacionales.
El contraste no podría ser más claro: en Villagrán, las turbinas del Huizache giran a toda velocidad, mientras plataformas petroleras en Burgos operan a media máquina.
¿Qué sigue? Todo indica que 2025 marcará un punto de inflexión para Tamaulipas, que deberá balancear su legado petrolero con las exigencias de la transición energética. La creación de la CNE añade otra variable a esta compleja ecuación.
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