La refinería insignia de México paralizó operaciones por crudo contaminado con sal. Descubre la verdad detrás del silencio oficial y el costo real de este 'problema técnico'.
Los números sonaban épicos: "casi 200 millones de barriles" producidos en Dos Bocas. Pero detrás del triunfalismo de la presidenta Sheinbaum en su conferencia matutina, se escondía una verdad incómoda: la refinería Olmeca, orgullo de la "soberanía energética", paralizó operaciones a finales de 2024 porque su crudo llegaba contaminado con sal. No fue un incidente menor: fue un colapso silencioso que duró meses y expuso las grietas del proyecto más emblemático de México.
"Es normal", dijo Sheinbaum sobre la contaminación salina. Pero ingenieros petroleros desmienten el eufemismo:
El crudo salino corroe tuberías, daña catalizadores y paraliza unidades de destilación.
Resolverlo requiere lavados químicos complejos que toman semanas (no "un problema eléctrico").
Que esto ocurra en una refinería nueva revela fallas graves en control de calidad y almacenamiento.
Mientras la presidenta hablaba de "apoyo técnico reforzado", los trabajadores en Dos Bocas describían escenas surrealistas: montañas de sal extraídas del crudo, equipos de limpieza trabajando 24/7, y una producción real muy lejos de los 200 millones anunciados.
El reporte interno de Pemex que filtró el paro técnico cuenta otra historia:
La "solución larga" admitida por Sheinbaum implicó detener ambos trenes de procesamiento.
El crudo contaminado venía de pozos marinos mal gestionados, no de un error aislado.
Inversiones adicionales fueron necesarias para corregir un error que pudo prevenirse.
Lo más revelador: la promesa de un recorrido con prensa para mostrar "instalaciones impresionantes". ¿Por qué no hubo acceso cuando la sal detuvo todo?, cuestionan periodistas especializados.
¿Realmente Dos Bocas produce a "gran escala" hoy? Fuentes internas pintan otro panorama:
Un tren opera al 60% tras la limpieza.
El segundo tren sigue con paros intermitentes por residuos salinos.
La meta de 340,000 barriles diarios parece más lejana que nunca.
"Es como curar una hemorragia con curitas, la sal era síntoma de un mal mayor: la prisa por inaugurar, no por hacerlo bien".
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