Descubre cómo Sam Altman, CEO de OpenAI, y Jony Ive, el legendario diseñador de Apple, pretenden reinventar los smartphones con un dispositivo impulsado por IA que podría relegar al iPhone a un segundo plano.
Sam Altman, el cerebro tras OpenAI, lleva tiempo pensando cómo sacudir los cimientos de la tecnología. Y su plan, al parecer, no es otro que destronar al iPhone como el rey de los dispositivos inteligentes. El empresario decidió unir fuerzas con Jony Ive, el genio del diseño que le dio vida al iPhone original, para concebir algo que vaya más allá de un mero teléfono. La idea es integrar tan profundamente la Inteligencia Artificial que la experiencia de usuario se transforme en algo casi natural, como si ese gadget pudiera leer nuestras intenciones antes de que tecleemos un solo carácter.
Cuentan que la semilla de este proyecto se plantó cuando ambos se conocieron por medio de Brian Chesky, fundador de Airbnb, y encontraron una visión común: concebir un dispositivo que recupere el sentido de asombro que sentimos cuando Steve Jobs nos presentó el primer iPhone en 2007. Según rumores y filtraciones, el equipo de Altman e Ive estaría trabajando en un aparato con IA generativa tan bien entrelazada, que reservar un vuelo o identificar una planta con la cámara sería tan sencillo como chasquear los dedos.
No es un sueño descabellado pensar que OpenAI pretenda fabricar sus propios chips para garantizar el máximo rendimiento, así que posiblemente veremos un ecosistema a la medida: tanto el software como el hardware imaginados para sacarle jugo a la nueva era de la IA. El respaldo financiero llegaría de la mano de Laurene Powell Jobs, a través de su firma Emerson Collective, lo que demuestra la confianza en un futuro disruptivo.
¿Será este el golpe definitivo al reinado de los smartphones tradicionales? Nadie se atreve a dar fechas ni a prometer lanzamientos en corto plazo. Pero si algo quedó claro con ChatGPT y las hazañas de OpenAI, es que Sam Altman no se anda con rodeos. Si llega a cuajar esta colaboración con Ive, quizás estemos frente al inicio de una época donde los celulares, tal como los conocemos, pasen a ser piezas de museo. Lo único seguro es que la expectación crece y el silencio de los involucrados solo aviva la curiosidad. Podríamos estar frente al siguiente gran hito en la historia de la tecnología de consumo.
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