Descubre cómo la administración Trump ha otorgado una exención de un mes a los aranceles del 25% en importaciones de autos desde México y Canadá, y qué implica esta decisión para la industria automotriz y las relaciones comerciales.
En una jugada que ha dejado a más de uno con el ojo cuadrado, la Casa Blanca anunció este miércoles que las importaciones de automóviles desde México y Canadá estarán exentas de los aranceles del 25% durante un mes. Esta decisión llega tras conversaciones con los gigantes automotrices estadounidenses: Ford, General Motors y Stellantis.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, explicó que se otorgará una exención de un mes a cualquier vehículo que ingrese bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), con el fin de evitar desventajas económicas para estas empresas.
Este aplazamiento se produce en medio de crecientes tensiones comerciales, luego de que el presidente Trump impusiera aranceles del 25% a las importaciones de México y Canadá, y un 10% adicional a productos de China, como parte de su estrategia para abordar problemas como el tráfico de fentanilo y la inmigración ilegal.
Las repercusiones de estos aranceles han sido inmediatas. Canadá, cuya economía depende en un 20% de las exportaciones a Estados Unidos, podría enfrentar una recesión y la pérdida de hasta un millón de empleos. México, por su parte, ve en riesgo sectores clave como el automotriz y el agrícola.
En respuesta, China ha implementado sus propios aranceles del 15% y 10% a productos estadounidenses, incrementando la presión económica y generando incertidumbre en los mercados globales.
Este respiro temporal brinda a las empresas automotrices la oportunidad de ajustar sus estrategias y buscar soluciones a largo plazo. Sin embargo, la amenaza de futuros aranceles sigue latente, y la comunidad internacional observa con cautela los próximos movimientos en este tablero de ajedrez comercial.
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