Pemex iniciará pagos pendientes a transportistas y farmacéuticas, pero la falta de liquidez revela riesgos para la cadena energética y la competitividad nacional.
La Cámara Mexicana de la Industria de Transporte Marítimo (Cameintram) espera que esta semana se cumpla el acuerdo con Pemex para iniciar el pago de servicios pendientes, tras meses de retrasos que han golpeado la liquidez de empresas y provocado la salida de jugadores del mercado. Aunque la petrolera asegura que liquidará sus adeudos antes de cerrar 2026, la realidad expone un problema estructural: la falta de flujo financiero en la empresa más grande del país está afectando sectores estratégicos.
Transportistas reportan demoras de hasta un año en cobros por operaciones vinculadas a perforación y logística offshore, lo que ha generado paros técnicos y cancelación de contratos. El impacto no se limita al transporte: la industria farmacéutica también espera pagos por más de 40 mil millones de pesos, en un contexto donde proveedores dependen de estos ingresos para sostener producción y empleo.
La situación plantea preguntas incómodas: ¿cómo puede Pemex garantizar inversiones en exploración y transición energética si no logra cumplir compromisos básicos con su cadena de suministro? El riesgo es doble: pérdida de confianza en el sector privado y deterioro de la competitividad nacional en plena ola de nearshoring, que exige infraestructura energética robusta y relaciones comerciales confiables.
Pemex atribuye los retrasos a ajustes internos y priorización de proyectos estratégicos, pero expertos advierten que la falta de liquidez refleja presión fiscal, deuda creciente y costos operativos al alza. Si la petrolera no redefine su modelo financiero y operativo, los pagos de esta semana serán apenas un respiro temporal en una crisis que amenaza con extenderse a toda la cadena industrial.
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