Pemex lanza su mayor apuesta en décadas para rescatar la industria petroquímica nacional, con un megaproyecto de urea y amoniaco en Poza Rica, respaldado por inversión privada, contratos mixtos y un fideicomiso de pago que busca transformar el sureste mexicano.
Después de décadas de abandono, Pemex y la iniciativa privada están listos para revivir la industria petroquímica mexicana. El Plan Estratégico 2025–2030 contempla una inversión de 27,187 millones de pesos en el complejo petroquímico Escolín, ubicado en Poza Rica, Veracruz, donde se construirá una planta de urea y amoniaco que promete transformar el panorama energético y agrícola del país.
El proyecto será ejecutado por Mota-Engil México, bajo un esquema de contrato mixto, en el que Pemex cede la ejecución y financiamiento a terceros, pero mantiene control estratégico. La planta tendrá capacidad para producir 2,125 toneladas diarias de fertilizantes, incluyendo AdBlue, un aditivo ambiental para motores diésel.
La estrategia incluye la creación de un fideicomiso de administración, garantía y pago, que recibirá los flujos generados por la venta de productos para cubrir las inversiones privadas. Este modelo busca atraer capital sin comprometer la soberanía energética, y se aplicará también en otros proyectos como Cosoleacaque, Ciudad Pemex, Tampico Madero y Minatitlán, donde se planea instalar procesos adicionales para mejorar la producción de gasolina y diésel.
El especialista Ramsés Pech advierte que el éxito dependerá del presupuesto que el Congreso asigne a Pemex en 2026. Si los recursos públicos son insuficientes, los contratos mixtos serán la vía para completar los proyectos. “El dinero que falte saldrá de la IP, pero bajo reglas claras y con retorno garantizado”, explicó.
Además de fertilizantes, el plan contempla la rehabilitación de plantas para eliminar nitrógeno, optimizar la cadena etano-etileno y producir aromáticos como benceno y tolueno. Esto permitirá reducir importaciones, mejorar la rentabilidad de Pemex y abastecer a industrias clave como la farmacéutica, automotriz y alimentaria.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha respaldado el proyecto como parte de su estrategia de autosuficiencia energética y desarrollo industrial. Durante una gira en febrero, reafirmó que el sureste mexicano será el nuevo polo petroquímico del país, con Poza Rica como nodo estratégico.
El complejo Escolín, abandonado por más de una década, será reconstruido en 33 meses, generando entre 3,000 y 5,000 empleos directos e indirectos. La planta contará con tecnología de alta eficiencia energética y medidas ambientales para mitigar emisiones.
Este relanzamiento de la petroquímica nacional no solo busca recuperar la capacidad productiva de Pemex, sino también fortalecer la autosuficiencia alimentaria, reducir la dependencia de insumos importados y posicionar a México como líder regional en fertilizantes.
Todos los campos son obligatorios *