Un análisis profundo sobre por qué México ocupa el último lugar en el ranking de atracción de inversiones, mientras sus socios del T-MEC lideran la tabla. Datos clave y perspectivas de expertos.
El último ranking de confianza para inversión extranjera de Kearney dejó un sabor amargo: mientras Estados Unidos y Canadá ocupan los primeros lugares, México se arrastra en el fondo de la tabla. El contraste con sus socios del T-MEC no podría ser más elocuente.
México no aparece en el top 25 del índice por quinto año consecutivo.
En 2003, bajo Vicente Fox, el país llegó al tercer lugar global. Hoy ni siquiera califica.
80% de las industrias perdieron atractivo según Omar Troncoso de Kearney México.
"Trump puede mover la aguja de los inversionistas, fácilmente", advierte Troncoso. La posible vuelta del republicano a la Casa Blanca añade incertidumbre a un panorama ya de por sí complejo.
Tres factores clave explican esta caída libre:
Incertidumbre regulatoria:
Cambios abruptos en reglas de energía y minería alejaron a inversionistas.
Comparación cruda: Canadá ofrece estabilidad jurídica por décadas.
Infraestructura y seguridad:
Mientras Texas atrae gigafactorías de chips, México lucha con cortes de energía y violencia logística.
Desconexión con mercados globales:
Japón escaló al cuarto lugar apostando por tecnología; México sigue anclado en manufactura básica.
Los inversionistas identifican riesgos concretos:
84% de ejecutivos planea aumentar inversión extranjera (4% menos que en 2024).
Principal temor: aumento en precios de materias primas (55% de respuestas).
Tensiones geopolíticas y regulaciones asfixiantes completan el cuadro.
Expertos sugereon acciones urgentes:
Reformas estructurales que recuperen certidumbre (no solo en discursos).
Aliarse con capital privado para modernizar infraestructura.
Aprovechar el nearshoring con estrategias claras, no solo ocurrencias.
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