Estados Unidos prepara una ofensiva comercial para 2026: exige reglas más duras contra insumos chinos y critica el favoritismo a Pemex y CFE. ¿Está México en riesgo de perder autonomía o solo defiende su modelo? Un análisis sin concesiones.
El gobierno de Estados Unidos ya tiene la mira puesta en julio de 2026. No es una fecha cualquiera: marca la primera revisión obligatoria del T-MEC, y según documentos internos del Departamento de Comercio, la administración Trump buscará renegociar dos puntos clave:
El flujo de insumos chinos que entran a EU a través de México.
Las políticas energéticas que, según Washington, benefician desproporcionadamente a Pemex y CFE.
El escenario no es nuevo, pero la coyuntura lo agrava: México insiste en su "soberanía energética", mientras EU acusa un doble juego comercial. ¿Quién tiene razón? Un desglose crítico.
El informe de la USTR señala que el 38% de las importaciones mexicanas a EU en 2023 contenían componentes chinos, especialmente en sectores como electrónica y autopartes. Para EU, esto vulnera el espíritu del T-MEC:
Las reglas de origen actuales exigen que el 75% de un producto sea fabricado en Norteamérica para evitar aranceles.
La realidad: Empresas chinas usan plantas en México como "maquiladoras de papel" para eludir sanciones.
El problema no es menor: Si México no endurece controles, EU podría imponer aranceles selectivos o, peor aún, excluir sectores enteros del tratado.
Desde 2022, EU advirtió que el apoyo estatal a Pemex y CFE viola el capítulo 14 del T-MEC, que prohíbe discriminar a inversionistas privados. Ahora, con Sheinbaum, las tensiones escalan:
El American Petroleum Institute (API)
denuncia que el control de precios en gasolinas distorsiona el mercado y perjudica a empresas extranjeras.
La CFE acapara el 68% de los nuevos proyectos de generación eléctrica, pese a que el T-MEC exige competencia equitativa.
La ironía: México defiende su "derecho a la autosuficiencia", pero importa el 70% del gas natural de Texas para alimentar sus plantas.
El T-MEC incluye una cláusula de "muerte súbita": si en 2026 los tres países no acuerdan ajustes, el tratado caducará automáticamente en 2036. Esto da a EU un arma poderosa:
Escenario optimista: México cede en energía pero negocia plazos para reducir insumos chinos.
Escenario pesimista: Trump impone cuotas draconianas y México recurre a paneles de disputa, congelando inversiones.
El dato crudo: El 84% de las exportaciones mexicanas van a EU. ¿Realmente tenemos margen para un pulso?
México enfrenta un dilema existencial:
Si resiste, podría ganar batallas ideológicas pero perder mercados.
Si cede, reforzará su dependencia comercial con EU.
Lo que no puede hacer es ignorar el problema. La estrategia de "ni sí ni no, sino todo lo contrario" ya le costó un panel de controversia en 2023.
¿Qué sigue? En AI Regula Solutions monitorearemos los movimientos clave. Suscríbete a nuestro boletín para recibir análisis exclusivos sobre las negociaciones. La próxima entrega: "Los intereses ocultos detrás de las reglas de origen".
FAQ
¿Puede EU expulsar a México del T-MEC? No, pero sí modificar términos o aplicar sanciones si incumple fallos.
¿Afectará esto a los consumidores? Sí: productos con componentes chinos podrían encarecerse.
¿Hay salida? Solo con una política industrial real que reduzca la dependencia de insumos asiáticos.
¿Tú qué opinas? ¿Debe México alinearse a EU o defender su modelo a ultranza? Comenta y comparte.
Todos los campos son obligatorios *