Fitch abre la puerta a mejorar la calificación de Pemex tras respaldo financiero del gobierno Méxicano

Fitch coloca en observación positiva la calificación de Pemex tras el anuncio de una emisión de bonos por 9,500 millones de dólares. Conoce el impacto en su perfil crediticio y los retos que enfrenta.

Fitch abre la puerta a mejorar la calificación de Pemex tras respaldo financiero del gobierno Méxicano

En un giro que podría marcar un punto de inflexión en la percepción internacional sobre Petróleos Mexicanos (Pemex), la agencia Fitch Ratings colocó en observación positiva (Rating Watch Positive, RWP) la calificación crediticia de la petrolera estatal, actualmente en ‘B+’, tras el anuncio de una operación de apoyo financiero por parte del gobierno federal. La medida, de concretarse, podría elevar la nota de Pemex a la categoría ‘BB’, lo que representaría su primer avance en seis años dentro del terreno especulativo.

Un respaldo tangible: emisión de bonos por 9,500 millones de dólares

El detonante de esta revisión fue el anuncio de una emisión de deuda soberana por 9,500 millones de dólares, estructurada como P-Caps (valores precapitalizados respaldados por activos). Esta operación, gestionada por la Secretaría de Hacienda y coordinada por JPMorgan, Citi y BofA Securities, busca refinanciar pasivos de corto plazo de Pemex sin que la deuda se consolide directamente en su balance.

Fitch considera que esta transacción representa un compromiso tangible del gobierno mexicano con la estabilidad financiera de Pemex, lo que podría modificar el puntaje de vinculación entre la empresa y el soberano, clave en la metodología de evaluación de entidades relacionadas con el gobierno (GRE, por sus siglas en inglés).

¿Qué significa una mejora a ‘BB’?

En la escala de Fitch, pasar de ‘B+’ a ‘BB’ implica una reducción del riesgo percibido de incumplimiento, aunque la empresa seguiría en grado especulativo. No obstante, este movimiento podría abaratar el costo de financiamiento de Pemex en los mercados internacionales y mejorar su acceso a capital.

La agencia explicó que, si la operación se ejecuta con éxito, se reevaluará el subfactor R2 (precedentes de apoyo) de “no suficientemente fuerte” a “fuerte”, lo que permitiría un cambio en el enfoque de calificación de bottom-up a top-down, resultando en una mejora de dos niveles.

Pemex: deuda récord y presión operativa

Pemex sigue siendo la petrolera más endeudada del mundo, con más de 101 mil millones de dólares en pasivos financieros al cierre del primer trimestre de 2025. Su perfil financiero continúa presionado por una combinación de baja producción, pérdidas en refinación y altos costos de servicio de deuda, que en el primer trimestre representaron casi la mitad de su EBITDA.

La producción de crudo y condensados cayó a 1.64 millones de barriles diarios en mayo, su nivel más bajo en cuatro décadas, lo que limita su capacidad de generar ingresos operativos y cumplir con sus obligaciones financieras.

Un cambio de narrativa para Sheinbaum

La decisión de Fitch llega en un momento clave para la administración de Claudia Sheinbaum, que ha optado por una estrategia de rescate financiero sin privatización. La presidenta ha reiterado que Pemex seguirá siendo una empresa pública, pero con mayor disciplina fiscal y supervisión técnica.

La agencia también destacó que las reformas legislativas recientes, que permiten a Pemex compartir techo de deuda con la Secretaría de Hacienda, y la mayor supervisión del Consejo de Administración, podrían mejorar el subfactor R1 (toma de decisiones y supervisión), lo que abriría la puerta a una segunda mejora, hasta ‘BB+’.

¿Qué está en juego?

La posible mejora en la calificación de Pemex no es solo un logro simbólico. Representa una señal de confianza para los mercados, una oportunidad para reducir el costo de financiamiento y una ventana para renegociar pasivos en mejores condiciones.

Sin embargo, los analistas advierten que el verdadero reto está en mejorar el desempeño operativo de la empresa. Sin una estrategia clara para aumentar la producción, reducir pérdidas en refinación y diversificar ingresos, cualquier mejora crediticia podría ser temporal.

Pemex necesita más que apoyo financiero: requiere una transformación estructural que le permita competir en un entorno energético global cada vez más exigente.

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