El SAT endurece las reglas para estaciones de servicio con el Anexo 30, obligando a implementar controles volumétricos que no solo evitan sanciones, sino que mejoran eficiencia operativa y trazabilidad del combustible.
En el sector gasolinero mexicano, cumplir con el SAT dejó de ser una simple formalidad. Desde la entrada en vigor del Anexo 30 de la Resolución Miscelánea Fiscal 2025, las estaciones de servicio están obligadas a implementar controles volumétricos que registren con precisión cada litro de combustible que entra, se almacena y se vende.
Este nuevo estándar fiscal redefine el juego: no cumplir puede derivar en multas millonarias, suspensión de permisos, cancelación de sellos digitales y hasta consecuencias penales. Pero más allá del castigo, el cumplimiento abre la puerta a mayor eficiencia operativa, reducción de pérdidas y confianza del consumidor.
El Anexo 30 establece que los sistemas deben generar reportes diarios y mensuales, integrarse con plataformas de facturación electrónica, y contar con equipos certificados que midan volumen, densidad y tipo de hidrocarburo. Además, exige que los contribuyentes envíen esta información al SAT en tiempo y forma, bajo estrictos estándares de seguridad informática.
Empresas como eGas han respondido con soluciones integradas que automatizan el cumplimiento. Su software permite detectar mermas, generar reportes al instante y adaptarse a los cambios normativos. “No se trata solo de evitar sanciones, sino de transformar la operación para que sea más rentable y transparente”, afirma José Alfredo Cristino Vázquez, director de la firma.
La implementación también requiere unidades verificadoras acreditadas, consultores fiscales y técnicos especializados. El ecosistema del control volumétrico se ha convertido en un nuevo nicho de innovación dentro del sector energético.
Sin embargo, aún hay rezago. Según estimaciones del sector, una parte significativa de las estaciones no ha certificado sus sistemas, lo que representa un riesgo operativo y fiscal. La falta de cumplimiento no solo afecta a la empresa, sino que distorsiona el mercado, fomenta la informalidad y dificulta el combate al huachicol fiscal.
El SAT ha dejado claro que no habrá prórrogas. Las reglas están vigentes y las verificaciones ya comenzaron. Para las estaciones de servicio, el mensaje es claro: adaptarse o quedarse fuera.
Todos los campos son obligatorios *