Las reservas eléctricas de México caen a niveles críticos (menos del 6%), pero Cenace esconde los datos. Descubre cómo la opacidad gubernamental y las políticas de CFE están ahogando la industria en plena recesión.
En la sala de control de Aceros del Norte, en Monterrey, los indicadores parpadean en rojo. Ricardo, el jefe de planta, acaba de recibir un correo del Cenace: "Reduzca consumo eléctrico inmediatamente o enfrentarán cortes". Son las 2 PM, y la temperatura exterior alcanza los 44°C. Sus hornos no pueden detenerse, pero el sistema eléctrico nacional está al borde del colapso. Esta escena, repetida en decenas de industrias, es el rostro de una crisis que el gobierno insiste en esconder tras cortinas de humo llamadas "seguridad nacional".
Según datos de la consultora Epscon, las reservas del Sistema Eléctrico Nacional han caído por debajo del 6%, un umbral que expertos consideran "peligrosamente crítico". Es el mismo nivel que en mayo de 2024 desató apagones en 21 estados, dejando hospitales sin ventiladores y líneas de producción paralizadas. Pero hoy hay un cambio siniestro: el Cenace ya no publica el Margen de Reserva Operativa. ¿Razón oficial? Seguridad nacional. ¿Realidad? Una opacidad que convierte a las empresas en rehenes de una red al límite.
El gobierno atribuyó los apagones del 2024 al "calor extremo", pero calla tres verdades incómodas:
La CFE prioriza plantas obsoletas sobre proyectos privados eficientes.
Se desincentivaron 12,000 millones de dólares en inversiones renovables desde 2022.
El consumo industrial crece un 3.7% anual, mientras la capacidad de generación solo avanza un 1.2%.
El resultado es un cuello de botella que estrangula la competitividad. "Estamos pagando facturas de luz un 40% más altas para compensar las ineficiencias, mientras competimos con Texas que tiene energía estable y barata", confía un directivo automotriz bajo anonimato.
Este año, las lluvias han dado un respiro temporal, pero la economía mexicana tambalea al borde de la recesión. Tres meses consecutivos de pérdida de empleos y previsiones de crecimiento cercanas a cero pintan un escenario donde la escasez eléctrica podría ser el golpe final. El Cenace pide a las fábricas del norte que "restrinjan operaciones en horas pico", justo cuando la industria automotriz bate récords de exportación. "Es como pedirle a Usain Bolt que corra con los pies amarrados", ironiza Roberto Mercado de Epscon.
Mientras el gobierno insiste en un modelo estatista, empresas innovadoras buscan soluciones desesperadas:
Acuerdos clandestinos para compartir generadores diésel (contaminantes y costosos).
Migración de plantas a estados con menos estrés eléctrico.
Demandas legales por acceso a datos de capacidad real.
Pero estas son curitas para una hemorragia estructural. El verdadero cambio requiere transparencia, inversión privada y una CFE que modernice sus redes, no que las oculte.
Cada megavatio no generado por políticas miopes equivale a:
50 empleos manufactureros perdidos.
2.1 millones de pesos en multas por incumplimientos de producción.
Un paso más hacia la fuga de industrias a EE.UU.
"Nos dijeron que recuperaríamos la soberanía energética. Solo recibimos apagones y secretismo", suspira Ricardo desde su planta semiparalizada en Monterrey. Mientras Cenace esconde los números, la oscuridad se cierne sobre el futuro industrial de México.
⚠️ Suscríbete para recibir todas las noticias del sector.
Todos los campos son obligatorios *