Con $15 millones de dólares del Banco Sabadell, Balam Fund activa tres parques solares estratégicos. Descubre cómo esta apuesta está redefiniendo el futuro energético del norte y centro del país.
Mientras el debate energético nacional se centra en Pemex y CFE, un actor silencioso acaba de dar un golpe maestro: Balam Fund, la firma de capital privado que con un financiamiento de $15 millones de dólares del Banco Sabadell, está activando 110.8 MWp de energía solar distribuidos en tres puntos estratégicos de México. Esta jugada no solo ilumina hogares; enciende una revolución en el modelo energético del país.
Camargo, Chihuahua (35.4 MWp):
113,000 paneles solares que generan 83 GWh anuales (equivalente a 30,000 hogares).
Conectado directamente a la subestación Camargo, evitando pérdidas por transmisión.
Energía Limpia de La Laguna, Durango (35.4 MWp):
Abastece a una cadena farmacéutica nacional bajo esquema de autoabasto.
Financiamiento innovador con Bancomext para el IVA, modelo replicable para otras industrias.
San Luis Potosí (40 MWp):
Proyecto en fase final que completará el triángulo solar del norte-centro.
"Estamos construyendo una red distribuida que desafía el modelo centralizado", explica un ejecutivo de Balam bajo condición de anonimato.
Con una cartera de más de 500 MW entre solares y eólicos, Balam ha perfeccionado un modelo que duplica la eficiencia:
Adquiere proyectos existentes (como Camargo, comprado en 2016) y los optimiza.
Combina financiamiento internacional (Sabadell) con apoyos locales (Bancomext).
Firma contratos PPA a largo plazo con empresas, evitando la volatilidad del mercado.
"No competimos con CFE; creamos un ecosistema paralelo", agrega el ejecutivo.
Reducción de costos: La energía solar de Balam es 40% más barata que los combustibles fósiles.
Independencia energética: Empresas farmacéuticas, mineras y manufactureras ya no dependen de la red nacional.
Empleo calificado: Cada MW instalado genera 3 empleos permanentes en zonas semiáridas.
Mientras el gobierno discute reformas eléctricas, Balam y sus aliados ya están escribiendo el futuro. Y lo hacen sin discursos, solo con paneles y resultados.
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