El salvavidas de Slim para Pemex: ¿solución genial o trampa para inversionistas?

Carlos Slim urge al sector privado a rescatar Pemex, pero la petrolera sigue sin pagar a proveedores. Descubre por qué esta apuesta podría ser el último clavo ardiente para los empresarios.

El salvavidas de Slim para Pemex: ¿solución genial o trampa para inversionistas?

Cuando el hombre más rico de México pide ayuda para Pemex, el mensaje es claro: el paciente está grave. Carlos Slim, cuyo Grupo Carso controla el 62% de los contratos mixtos de la petrolera, lanzó un SOS público: "Las empresas huyen porque Pemex no paga". Pero su solución —inyectar capital privado— choca con una realidad brutal: nadie quiere apostar a un caballo cojo.

Los tres pecados capitales que ahuyentan inversionistas

  1. La maldición del crudo pesado:

    • El petróleo mexicano tiene 20% más impurezas que el estándar internacional.

    • Refinarlo cuesta 3 veces más que el crudo ligero que importamos de EE.UU.

  2. La trampa de los contratos mixtos:

    • Pemex conserva el 40% de las ganancias, pero los privados asumen 100% del riesgo.

    • Los 11 campos ofrecidos alcanzarán su pico en 2028, demasiado tarde para salvar las finanzas actuales.

  3. El fantasma de los impagos:

    • $20,000 millones de dólares debe Pemex a proveedores.

    • Slim puede esperar años por retornos; las PYMES petroleras quebrarían en meses.

"Es como pedirle a alguien que construya una casa en terreno prestado... sin garantía de que no se la quitarán", explica Ramsés Pech, analista energético.

La ironía del "rescate"

Mientras Slim habla de producción inmediata, Pemex gasta el 70% de su presupuesto 2025 en solo 3 meses. Lo grave:

  • 0 pesos para exploración de nuevos yacimientos.

  • 99,600 millones de pesos quemados en mantener pozos agonizantes.

  • La refinación, supuesta prioridad, opera al 45% de capacidad.

La bomba que nadie quiere tocar

El verdadero obstáculo no es técnico, sino político:

  • Sheinbaum insiste en control estatal pese a 20 años de fracasos.

  • Los contratos mixtos exigen que privados usen proveedores locales... a quienes Pemex no paga.

  • El crudo ligero, clave para refinación, representa solo 18% de la producción nacional.

Slim lo sabe: su llamado no es altruista. Grupo Carso ya tiene asegurados los campos más ricos (como Ixachi). Los demás inversionistas... jugarán a la ruleta rusa.

¿Hay salida?

Expertos proponen lo impensable:

  1. Vender refinerías menores para pagar deudas.

  2. Permitir 100% participación privada en yacimientos nuevos.

  3. Crear un fondo blindado para garantizar pagos a proveedores.

Mientras tanto, México sigue perdiendo $1.3 millones por hora importando lo que podría producir. El reloj sigue corriendo.

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