Descubre las causas detrás de la reciente contracción económica de México y las estrategias propuestas para revertir la situación.
La economía mexicana dio un tropezón en el cuarto trimestre de 2024, registrando una contracción del 0.6% en comparación con el trimestre anterior, según la Estimación Oportuna del Producto Interno Bruto (PIB) publicada por el Inegi. Este descalabro no se veía desde 2021 y ha encendido las alarmas en diversos sectores.
Aunque en todo 2024 el PIB creció un 1.3%, este avance es apenas una tercera parte del 3.2% que se logró en 2023. La Secretaría de Hacienda había puesto sus fichas en un crecimiento de entre 1.5% y 2.5% para el año, pero la realidad quedó por debajo de esas expectativas.
Desmenuzando los números, las actividades primarias, que incluyen agricultura, minería y pesca, se desplomaron un 8.9% en el último trimestre. La industria, que abarca manufactura y construcción, también resintió el golpe con una baja del 1.2%. En contraste, el sector servicios mostró una ligera alza del 0.2% en el mismo periodo.
Los expertos señalan que esta caída está influenciada por varios factores. Las políticas comerciales proteccionistas del presidente estadounidense Donald Trump, como la imposición de aranceles del 25% a productos mexicanos, han metido ruido en la economía nacional. Además, la incertidumbre política y económica ha hecho que los consumidores aprieten el cinturón, afectando el consumo privado, que ya venía mostrando señales de desaceleración desde 2023.
En respuesta a este panorama, la presidenta Claudia Sheinbaum lanzó el "Plan México" en el Foro Económico Mundial en Davos. Este ambicioso proyecto busca atraer inversiones por 277 mil millones de dólares, reducir la dependencia de importaciones asiáticas y fortalecer la producción nacional. El objetivo es posicionar a México entre las diez economías más importantes del mundo y generar 1.5 millones de empleos en manufactura especializada.
Sin embargo, algunos analistas consideran que para que este plan dé frutos, México necesita un crecimiento económico sostenido superior al 5% anual, lo cual parece una meta cuesta arriba dadas las circunstancias actuales. Además, sugieren diversificar los mercados de exportación para no poner todos los huevos en la canasta de Estados Unidos y enfocarse en desarrollar productos de mayor valor agregado.
En resumen, la economía mexicana enfrenta un camino pedregoso. La combinación de factores internos y externos ha puesto a prueba la resiliencia del país. Será crucial implementar políticas efectivas y adaptarse a los desafíos globales para retomar la senda del crecimiento y evitar que este tropiezo se convierta en una caída más pronunciada.
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