La estrategia del gobierno federal busca aumentar el PIB en 0.7 puntos porcentuales mediante compras gubernamentales y sustitución de importaciones, aunque expertos advierten riesgos inflacionarios.
El secretario de Hacienda, Edgar Amador, presentó este martes un plan económico que busca inyectarle dinamismo a la economía mexicana con tres ejes principales: un aumento del 10% en compras gubernamentales, la sustitución del 10% de importaciones manufactureras y el estímulo directo a la demanda interna. Según las proyecciones oficiales, estas medidas podrían añadir 0.7 puntos porcentuales al crecimiento anual del PIB y generar 700 mil empleos adicionales cada año.
"Si la economía crecería 2.0% este año, con esta estrategia alcanzaría 2.7%", explicó Amador durante la conferencia matutina en Palacio Nacional. Destacó que las compras gubernamentales representan 11% del PIB, mientras que la manufactura nacional aporta 20%, superando incluso a economías europeas.
Los pros y contras del plan
Beneficios: Fortalecimiento de proveedores locales, mayor integración regional y reactivación del consumo mediante programas sociales.
Riesgos: Analistas como Gabriela Siller (Banco Base) alertan sobre posibles presiones inflacionarias y un aumento del déficit fiscal, que podría alejarse de la meta del 3.9% para 2025.
Alfredo Coutiño, de Moody’s Analytics, subrayó que el crecimiento basado en consumo "no es duradero" sin inversión productiva. Mientras, Luis Adrián Muñiz (Vector) pidió equilibrio para no perder competitividad global, como ocurrió en décadas pasadas con políticas proteccionistas.
El gobierno insiste en que el plan consolidará a México como "motor de crecimiento regional", especialmente en sectores como la automotriz. Sin embargo, el debate sobre su viabilidad financiera y efectos a mediano plazo sigue abierto.
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