La desaparición de CFE Telecom y la absorción de sus funciones por la CFE plantea serias dudas sobre el futuro del internet en México. Analizamos los riesgos de opacidad, los fracasos financieros y el impacto en los 25 millones de mexicanos sin acceso a la red.
La desaparición de CFE Telecom no es solo un cambio administrativo: es un movimiento que revela problemas estructurales en la estrategia de conectividad del país. Con la subsidiaria absorbida por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), el proyecto de Internet para Todos queda bajo un manto de opacidad, ineficiencia y riesgos financieros que podrían dejar atrás a millones de mexicanos.
Inversión vs. pérdidas: CFE Telecom invirtió 8,931 millones. Es decir, 95.6% del capital se esfumó sin lograr un impacto real.
Cobertura mínima: Solo 1.7 millones de usuarios se conectaron, apenas el 6.7% de los 25.3 millones de mexicanos sin internet (ENDUTIH).
Presupuesto recortado: Para 2024, el proyecto recibió 5.2% menos recursos, a pesar de las quejas por servicio y la infraestructura pendiente.
La pregunta es clara: ¿Por qué insistir en un modelo que ya demostró su ineficacia?
Expertos como Ana Lilia Moreno (México Evalúa) y Lucía Ojeda (SAI Derecho & Economía) coinciden: la CFE, ahora como empresa pública, ya no está obligada a transparentar sus finanzas. Esto significa:
No habrá informes detallados sobre el avance de la conectividad.
El regulador (IFT) no podrá auditar el proyecto.
El dinero público se gastará sin rendir cuentas, bajo el argumento de "autonomía estratégica".
El dato clave: La CFE ya se negó a compartir información con el IFT, alegando que "no está obligada". ¿Qué garantiza que los recursos no se desvíen?
El gobierno insiste en que la CFE debe manejar la conectividad para evitar dependencia de privados. Pero la realidad es otra:
Altán Redes, ahora bajo control estatal, arrastra su propio historial de fracasos.
En zonas rurales (menos de 500 habitantes), las alianzas público-privadas son esenciales para viabilidad técnica y financiera.
La CFE no tiene expertise en telecomunicaciones. Su enfoque "administrativo" podría burocratizar aún más el proceso.
Aquí el problema: La ideología está por encima de la eficiencia.
El personal de CFE Telecom ya entrega reportes de liquidación. No hay claridad sobre su futuro.
Las licitaciones están paralizadas, y todo dependerá de trámites internos de la CFE, conocidos por su lentitud.
Con Altán integrado a la CFE, el monopolio estatal se consolida, pero sin resultados tangibles.
La desaparición de CFE Telecom no es una simplificación: es un retroceso. Se sacrifica transparencia, eficiencia y cobertura en favor de un control estatal que ya mostró sus limitaciones. Mientras 25 millones de mexicanos esperan internet, el gobierno apuesta a un modelo opaco y centralizado.
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