Mientras el gobierno federal ajusta el gasto público, la CFE recurre a esquemas de fideicomisos para financiar megaproyectos eléctricos. Te contamos cómo funciona este modelo y sus riesgos ocultos.
En medio de la austeridad republicana y una demanda energética que no deja de crecer, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha encontrado una fórmula ingeniosa para seguir construyendo infraestructura crítica: los fideicomisos públicos. Según un revelador estudio del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), estos instrumentos han movilizado más de 10,000 millones de dólares para proyectos estratégicos, desde centrales de ciclo combinado hasta parques solares, sin aparecer formalmente como deuda pública.
El truco —legal, pero no exento de polémica— permite a la CFE sortear los techos de endeudamiento aprobados por el Congreso. Cuatro fideicomisos son los protagonistas:
Fideicomiso Maestro de Inversión (FMI)
Fideicomiso de Energías Limpias (FIEL)
Fideicomiso para Proyectos de Generación Convencional (FPGC)
F/1320
"Es como pagar con una tarjeta que no aparece en tu estado de cuenta, pero cuyas facturas llegarán tarde o temprano", explica un analista financiero consultado.
El dinero de estos fideicomisos ya está dejando huella:
✅ Central Fotovoltaica Puerto Peñasco (Sonora): Uno de los complejos solares más grandes de Latinoamérica.
✅ Hidroeléctrica Chicoasén II (Chiapas): Ampliará la capacidad de generación limpia en el sureste.
✅ Modernización de redes de transmisión: Para reducir pérdidas de energía (que hoy superan el 15%).
Sin embargo, el CIEP alerta sobre un efecto colateral: buena parte de los recursos provienen de CFEnergía, la filial gasera de la paraestatal. Esto podría encarecer los costos de generación y, eventualmente, presionar las tarifas eléctricas si no se maneja con cuidado.
Aquí está el problema: nadie sabe exactamente cómo se gastan estos fondos. El informe del CIEP denuncia que:
No hay acceso a los términos de financiamiento.
Se desconocen las condiciones de crédito.
Los mecanismos de pago son opacos.
"Sin transparencia, es imposible calcular el costo real de estas obras o si estamos pagando intereses excesivos", advierte una economista especializada en energía.
El FIEL (Fideicomiso de Energías Limpias) ha sido clave para impulsar proyectos renovables, pero su alcance es limitado. El CIEP sugiere retomar las Asociaciones Público-Privadas (APP), especialmente en:
🔹 Energía eólica y solar
🔹 Modernización de redes
🔹 Almacenamiento energético
"El modelo de fideicomisos es útil, pero insuficiente para la transición energética que México necesita", señala el reporte.
Mientras la CFE celebra que estos esquemas le han permitido avanzar en soberanía energética, los analistas piden:
📌 Mayor rendición de cuentas
📌 Diversificación de fuentes de financiamiento
📌 Un plan integral a 20 años
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