¿El Tren Maya de carga es la apuesta correcta para el desarrollo del sureste?

La expansión del Tren Maya hacia el transporte de carga puede ser la oportunidad que el sureste esperaba... o un riesgo si no se ejecuta bien. Reflexionamos sobre las oportunidades y desafíos de este ambicioso proyecto.

¿El Tren Maya de carga es la apuesta correcta para el desarrollo del sureste?

Cuando escuché el anuncio de que el Tren Maya ahora también moverá carga, no pude evitar pensar en una vieja frase: "el que mucho abarca, poco aprieta". ¿Estamos ante una jugada estratégica para detonar el sureste mexicano o ante otro proyecto que podría quedarse corto frente a sus promesas?

La presidenta Claudia Sheinbaum dio el banderazo a este nuevo giro del Tren Maya con una inversión inicial de 25 mil millones de pesos, buscando conectar la red turística con el Corredor Interoceánico y hacer del sur de México un polo industrial capaz de competir de tú a tú en comercio internacional. Suena bien en el papel. Pero como sabemos, los papeles aguantan todo.

Desde mi perspectiva, esta expansión puede abrir puertas enormes, siempre que no caigamos en viejos errores. Porque no basta con poner vías y terminales: se necesita una visión de largo aliento y ejecución de calidad, o de lo contrario, el tren se quedará varado en medio del monte.

Entre las oportunidades más claras están:

Pero también hay riesgos que no podemos ignorar:

Construir un proyecto de este tamaño es como sembrar un árbol: necesita raíces firmes, cuidados constantes y tiempo. No se puede simplemente aventar cemento, cortar un listón y esperar frutos mágicos. La conexión al Corredor Interoceánico y la expansión hacia Guatemala suenan ambiciosas, pero también exigen diplomacia, acuerdos internacionales, infraestructura de primer nivel y, sobre todo, paciencia.

Me parece acertado que Sheinbaum apueste por un modelo de transporte que puede cambiarle la cara a la región. Sin embargo, me inquieta que la prisa política acabe atropellando las necesidades técnicas, sociales y ambientales de un proyecto que debería durar generaciones, no sexenios.

Si el Tren Maya de carga se ejecuta con visión y responsabilidad, podría ser el motor que el sureste lleva esperando décadas. Pero si se convierte en otro elefante blanco —como tantos otros que han prometido "revolucionar" el país—, pagaremos un precio altísimo en oportunidades perdidas.

En AI Regula Solutions vamos a seguir analizando cada avance y cada desafío que este proyecto enfrente. Te invito a suscribirte a nuestro boletín para recibir información crítica y actualizada que te ayude a formarte tu propia opinión fundamentada.

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