
El Paquete Económico 2026 eleva la deuda a 1.7 billones y destina 263 mil mdp a Pemex. Conoce riesgos, impacto y retos para la consolidación fiscal.
El Paquete Económico 2026, el primero diseñado íntegramente por la administración de Claudia Sheinbaum, plantea un gasto histórico de 10.1 billones de pesos y un endeudamiento interno neto de 1.7 billones, cifra superior a la solicitada en 2025. Aunque el gobierno insiste en que la consolidación fiscal avanza, analistas advierten que el déficit público se mantendrá elevado, en 4.1% del PIB, lo que posterga la meta de equilibrio hasta 2028.
El contexto no es menor: México enfrenta desaceleración económica, presiones inflacionarias moderadas y un entorno internacional incierto marcado por tensiones comerciales con Estados Unidos. A esto se suma el reto de Pemex, cuya deuda supera los 100 mil millones de dólares y concentra los mayores vencimientos en los próximos tres años.
El gobierno justifica el incremento en el endeudamiento por dos razones principales:
Aunque Hacienda asegura que estas transferencias no impactarán el déficit —al registrarse como reducción de pasivos—, especialistas advierten que el patrón de apoyos recurrentes a Pemex limita el margen para inversión productiva y posterga la transición energética.
Uno de los puntos más críticos del paquete es el costo financiero de la deuda, que alcanzará 1.6 billones de pesos en 2026, equivalente al 4.1% del PIB, el nivel más alto en 35 años. Esto significa que México pedirá prestado para pagar intereses, desplazando recursos que podrían destinarse a salud, educación o infraestructura.
En términos prácticos:
El presupuesto asigna a Pemex 517,400 millones de pesos para operación e inversión, además de las transferencias para deuda. Aunque el gobierno proyecta que la empresa deje de recibir apoyos en 2027, analistas dudan de esta meta, dado que:
El gobierno sostiene que la deuda pública se estabilizará en 52.3% del PIB, pero el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público superará los 20 billones de pesos, duplicando el nivel observado en 2017. Además:
El plan fiscal 2026 refleja un dilema estructural: cómo equilibrar justicia social, rescate energético y estabilidad macroeconómica sin comprometer el futuro. Sin una estrategia robusta de ingresos permanentes y eficiencia en el gasto, México corre el riesgo de entrar en un ciclo de endeudamiento creciente que limite su capacidad para invertir en desarrollo.
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