Pemex en crisis: adeudos paralizan Chiapas

La falta de pagos de Pemex a proveedores y jubilados ha provocado bloqueos, desabasto de gasolina y una crisis económica que golpea a Mipymes en Chiapas. El problema revela el colapso operativo de la petrolera estatal y su impacto social.

Pemex en crisis: adeudos paralizan Chiapas

La escena se repite en gasolineras de Tapachula, Huixtla y Motozintla: largas filas, venta racionada de combustible y estaciones cerradas. El motivo no es escasez de gasolina, sino una crisis operativa provocada por los adeudos millonarios de Pemex a proveedores y trabajadores jubilados, que ha paralizado la distribución en el sur de Chiapas.

Desde el 7 de agosto, piperos contratados por Pemex detuvieron sus operaciones ante la falta de pagos. A esto se sumó un bloqueo en la Terminal de Almacenamiento y Reparto (TAR) de Puerto Chiapas, encabezado por 425 jubilados que llevan más de siete meses sin acceso a servicios médicos. La protesta escaló hasta impedir la salida de pipas, generando un desabasto que afectó a más de una docena de municipios.

Sin salud no hay vida”, se leía en las pancartas frente a la TAR. Los manifestantes exigieron atención médica, medicamentos y hospitalización, derechos que Pemex dejó de cubrir por falta de pago a la prestadora de servicios. Aunque se logró un acuerdo parcial para reactivar algunos servicios, los jubilados advirtieron que volverán a bloquear si no se cumple el compromiso.

La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) alertó que los adeudos de Pemex afectan principalmente a Mipymes, que enfrentan una crisis financiera por el incumplimiento de pagos. Muchas han tenido que reducir personal, cancelar operaciones o detener proyectos, y en casos extremos, empresarios han perdido su patrimonio personal.

La deuda financiera total de Pemex supera los 2 billones de pesos, y creció un 3.8% al cierre de 2024. Aunque el gobierno ha anunciado rescates y fondos para cubrir nuevos contratos, los adeudos anteriores siguen sin solución, lo que compromete la viabilidad de miles de negocios en estados petroleros como Chiapas, Campeche y Tabasco.

El impacto no se limita al sector energético. El desabasto ha afectado el transporte público, la movilización de insumos básicos y la economía local. “Si tú dejas de generar en un periodo, sí te afecta al bolsillo”, declaró Mario Bustamante, vicepresidente de la Alianza de Autotransporte en Chiapas.

La presidenta Claudia Sheinbaum reconoció el problema, pero lo atribuyó a “contratos con piperos” y aseguró que se resolverá con la intervención de la Secretaría de Energía. Sin embargo, la raíz del conflicto sigue siendo el incumplimiento estructural de Pemex, que arrastra malas prácticas, sobrecostos y contratos opacos heredados de gestiones anteriores.

La crisis en Chiapas es un reflejo del colapso operativo de Pemex y de cómo sus problemas financieros están traspasando el ámbito energético para convertirse en una emergencia social. Mientras no se atiendan los adeudos acumulados, el riesgo de nuevas protestas, bloqueos y desabasto seguirá latente.

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