Descubre cómo Elon Musk avivó el debate sobre una posible intervención militar de Estados Unidos en México, a raíz de los decomisos de fentanilo y las amenazas de nuevos aranceles de Donald Trump.
Elon Musk volvió a encender los reflectores tras retuitear un mensaje que ligaba el aumento de decomisos de fentanilo en México con la amenaza de aranceles del 25% que Donald Trump planea imponer. “En última instancia, dudo que los cárteles (mexicanos) puedan ser derrotados sin las Operaciones Especiales de Estados Unidos”, lanzó el magnate de Tesla, quien se ha convertido en una especie de asesor extraoficial del expresidente republicano para “optimizar” la burocracia gubernamental.
La declaración de Musk reaviva la idea que algunos congresistas estadounidenses propusieron en 2023: el despliegue del Ejército de EU en territorio mexicano para combatir a los grupos criminales. Entre los defensores de esta intervención militar están los republicanos Dan Crenshaw y Michael Waltz, quienes en su momento empujaron la iniciativa, señalando que la crisis de opioides en Estados Unidos (especialmente la relacionada con el fentanilo) no podía frenarse sin medidas extremas. Pero la presidenta Claudia Sheinbaum ha reiterado en más de una ocasión que cualquier incursión militar extranjera dentro de México violenta la soberanía nacional, un principio que no piensa negociar.
La polémica surge en el contexto de las nuevas órdenes ejecutivas de Donald Trump, quien regresó a la Casa Blanca el 20 de enero con la promesa de endurecer las acciones contra la migración ilegal y el narcotráfico. En su discurso inaugural, firmó decretos que clasifican a los cárteles como organizaciones terroristas y dejó abierta la posibilidad de aplicar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para su persecución. Por lo pronto, apuntó los cañones contra México y Canadá con aranceles que podrían subir hasta un 25%, como parte de su estrategia para “cerrar sus fronteras” y desalentar la llegada de migrantes y sustancias controladas.
En respuesta, Sheinbaum no se quedó callada:
Más allá de los desplantes mediáticos, la tensión escala porque el proyecto de Trump pretende sacudir la relación binacional: si los cárteles son declarados terroristas, cualquier cooperación podría volverse nula, y la intervención de fuerzas especiales estadounidenses se antoja todavía más real. Para Musk, que en redes sociales suele soltar comentarios sin filtro, la “invasión” —así la llaman algunos críticos— no sería descabellada. Pero, ¿es esa la vía adecuada para frenar la violencia y el tráfico de drogas? La historia sugiere que las soluciones armadas raras veces resuelven problemas tan enraizados. Por ahora, el cruce de declaraciones se mantiene candente, y la posibilidad de un altercado diplomático de mayores dimensiones pende de un hilo. Todo dependerá de cuánto logre Trump presionar y de cuánta resistencia esté dispuesta a mostrar la presidenta Sheinbaum, mientras Elon Musk agita las redes como un torbellino con su sello característico.
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