Presidente Sheinbaum advierte respuesta a aranceles del 50% si EU no retrocede esta semana. 'No es retaliación, es protección a la industria', afirma. Detalles exclusivos.
El pulso comercial entre México y Estados Unidos entra en terreno peligroso. La presidenta Claudia Sheinbaum anunció este martes que México implementará "medidas de protección" si en los próximos días no se revierte el aumento de aranceles al acero y aluminio anunciado por Donald Trump. La advertencia llega con tono firme pero calculado: no se trata de represalia, sino de blindar una industria que sostiene miles de empleos nacionales.
En su conferencia matutina desde Palacio Nacional, Sheinbaum desmontó punto por punto la decisión estadounidense. "Es injusta y carece de sustento legal bajo el TMEC", afirmó con los documentos del tratado comercial como testigo silencioso. La contradicción salta a la vista: mientras la Casa Blanca alaba la cooperación bilateral, impone barreras que golpean justo al corazón industrial compartido por ambos países.
La presidenta trazó un escenario que resuena con crudeza en las fábricas fronterizas. "El acero y aluminio cruzan la frontera hasta siete veces antes de ser productos terminados", explicó con gesto adusto. Este vaivén transfronterizo, vital para automotrices y manufacturas, ahora encarecerá productos desde tornillos hasta camionetas para el consumidor estadounidense. Un boomerang comercial que podría estallar en ambas manos.
Los números duelen: el 50% de arancel multiplica por dos la barrera actual del 25%, ya de por sí asfixiante para empresas que sobreviven con márgenes estrechos. "Representa una afectación muy grande a toda la cadena", remarcó Sheinbaum, anticipando despidos y cierres si no se actúa rápido. El fantasma de 2002, cuando medidas similares dejaron pérdidas por $2,000 millones de dólares al sector, planea sobre la reunión urgente que hoy sostiene con cámaras industriales.
Mientras el reloj corre, el canciller Marcelo Ebrard ya mueve fichas en Washington. Su reunión con el secretario de Comercio estadounidense será la última carta antes de medidas drásticas. Sheinbaum lo dejó claro: si para finales de esta semana no hay retroceso, el próximo lunes México desplegará su propio escudo protector. "No será ojo por ojo", aclaró, "sino defensa legítima de nuestra industria y trabajadores dentro del marco legal".
Analistas consultados apuntan a posibles respuestas: cuotas compensatorias a productos agrícolas estadounidenses, restricciones a insumos críticos para industrias de EU, o aceleración de demandas en paneles del TMEC. Lo cierto es que la interdependencia económica - como vasos comunicantes llenos de acero - hace que cualquier medida lastime a ambos lados del Río Bravo.
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