Exxon Mobil negocia su regreso a Rusia: ¿reconciliación energética o riesgo geopolítico?

Exxon Mobil mantiene conversaciones discretas con Rosneft para reincorporarse al proyecto Sakhalin-1, tras su salida forzada en 2022. El regreso dependería de un acuerdo de paz en Ucrania y del levantamiento de sanciones. El Kremlin ve la readmisión como una victoria estratégica.

Exxon Mobil negocia su regreso a Rusia: ¿reconciliación energética o riesgo geopolítico?

Exxon busca recuperar terreno perdido en Rusia

Más de dos años después de su salida forzada de Rusia, Exxon Mobil ha iniciado conversaciones discretas con Rosneft, la petrolera estatal rusa, para explorar su reincorporación al proyecto Sakhalin-1, uno de los desarrollos energéticos más estratégicos del Ártico

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Las negociaciones, lideradas por el vicepresidente senior Neil Chapman, se realizaron en Doha, Catar, con el CEO de Rosneft, Igor Sechin, quien permanece bajo sanciones estadounidenses. El regreso de Exxon estaría condicionado a un acuerdo de paz en Ucrania y a la aprobación de los gobiernos de EE.UU. y Rusia.

El precio de volver: sanciones, equipo y presión diplomática

El Kremlin emitió un decreto que permite a empresas extranjeras recuperar su participación en Sakhalin-1, pero bajo condiciones estrictas: entregar equipamiento externo, presionar para levantar sanciones y participar en esfuerzos conjuntos de lobby ante gobiernos occidentales.

Exxon abandonó Rusia en 2022 tras la invasión a Ucrania, perdiendo más de 4,000 millones de dólares en activos y calificando la medida como una expropiación. Su participación del 30% fue transferida a una nueva entidad estatal rusa, Sakhalinmorneftegaz-Shelf, bloqueando cualquier intento de venta.

¿Por qué Sakhalin-1 importa tanto?

Sakhalin-1, ubicado en la plataforma del noreste de la isla de Sajalín, incluye los campos Chayvo, Odoptu y Arkutun-Dagi, con reservas estimadas en 2.3 mil millones de barriles de petróleo y 17.1 billones de pies cúbicos de gas natural. Exxon fue operador desde 2005 y logró récords mundiales en perforación extendida.

Antes de la guerra, el proyecto representaba el 3% de la producción global de Exxon, con exportaciones a Japón, Corea del Sur, China y EE.UU.. Tras la salida de Exxon, la producción cayó de 220,000 bpd a solo 10,000 bpd, y las exportaciones se desplomaron.

Trump, Putin y el tablero geopolítico

Las conversaciones entre Exxon y Rosneft se aceleraron tras la reunión entre Donald Trump y Vladimir Putin en Alaska, donde se discutieron acuerdos energéticos como incentivos para la paz en Ucrania. El CEO de Exxon, Darren Woods, también se reunió con Trump para sondear la viabilidad política del regreso.

Para Moscú, recuperar a Exxon sería una victoria simbólica y económica, mientras que para Exxon, representa una oportunidad de recuperar activos perdidos y reinsertarse en uno de los mercados más ricos en hidrocarburos del mundo, aunque bajo un entorno de alto riesgo.

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