
Construye una estación de carga portátil: dimensiona batería y panel, elige MPPT/PWM, integra USB-C PD y salidas DC, protege con fusibles y valida Wh con pruebas reales.
Imagina el escenario: una salida de campo, cuatro estudiantes, tres teléfonos al 20 %, una cámara sin batería y un par de lámparas LED para trabajar al atardecer. La electricidad más cercana está a kilómetros. Una estación de carga portátil bien diseñada hace la diferencia entre terminar la práctica o suspenderla. En esta guía vas a construir esa estación desde los fundamentos: definir la demanda, dimensionar batería y panel, elegir la electrónica correcta y validar con datos que el sistema realmente cumple.
Una estación de carga portátil es, esencialmente, un pequeño sistema fotovoltaico aislado dentro de una caja robusta y fácil de mover. La energía fluye en este orden: Sol → Panel FV → Controlador de carga → Batería → Convertidores de salida → Dispositivos. El panel produce corriente variable según la luz; el controlador protege y optimiza la carga; la batería almacena; y los convertidores entregan tensiones estables (5 V USB, 12 V DC, e incluso 110/220 V AC si agregas inversor, aunque conviene priorizar DC por eficiencia).
El truco no está en “apilar componentes”, sino en equilibrar tres cosas: la energía que entra (sol), la que guardas (batería) y la que sale (tus cargas). Si dimensionas cualquiera de las tres “a ojo”, pagarás con sobrecoste, bajo rendimiento… o ambos.
Antes de comprar nada, traduce tus necesidades a Wh/día. Supongamos un caso universitario típico: tres teléfonos que suben del 20 % al 100 % (≈ 8–12 Wh cada uno, usemos 10 Wh), una laptop pequeña que repone 60 Wh, dos lámparas LED de 10 W durante 4 h (40 Wh). Tu demanda diaria ronda 10×3 + 60 + 40 = 130 Wh. Añade un 10–20 % de pérdidas en convertidores y cables y redondea a 150 Wh/día. Ese número es tu norte: todo lo demás se diseña para sostenerlo con margen.
Para sistemas portátiles hay tres familias comunes:
LiFePO₄ (12.8 V nominal en 4 celdas en serie, “4S”). Muy estable térmicamente, larga vida (2000+ ciclos típicos), entrega bien la corriente y tolera descargas profundas. Peso moderado. Perfil de carga CC/CV con voltaje final ≈ 14.2–14.6 V y corte por corriente.
Li-ion NMC/NCA (3.7 V/celda). Más densidad energética por kilo, pero requiere BMS muy confiable y mayor cuidado térmico.
Plomo-ácido (AGM/GEL). Barato, fácil de conseguir, pero pesado y con DoD útil limitado si quieres que dure.
Si tu meta es 150 Wh/día y quieres un día de autonomía “con margen” (sin sol) descargando como máximo el 80 % en LiFePO₄, la capacidad mínima sería:
En 12.8 V, eso equivale a: Una batería LiFePO₄ 12.8 V / 20 Ah (≈ 256 Wh) te da margen cómodo y vida útil. Si esperas más usuarios o cargas más “pesadas” (cámaras grandes, radio, router), piensa en 30–40 Ah.Perfil de carga (LiFePO₄): el controlador aplica corriente constante (CC) hasta acercarse al voltaje tope; después sostiene voltaje constante (CV) y deja caer la corriente hasta un umbral (p. ej., C/20), donde declara “batería llena”. Un BMS integrado protege contra sobrecarga, sobredescarga, sobrecorriente y temperatura.
La energía diaria que puede meterse a la batería viene del producto de la potencia STC del panel (W), las Horas Sol Pico (HSP) y un Performance Ratio (PR) que resume pérdidas por temperatura, suciedad, cables y electrónica:
Si estimas HSP = 5 y PR = 0.75 (conservador en equipos portátiles), un panel de 100 W rinde del orden de: Suficiente para tus 150 Wh y para recuperar batería tras un uso exigente. Con 60 W aún llegas (≈ 225 Wh/día), pero dependes más del clima. Si la portabilidad te obliga a panel plegable de 60–80 W, compensa con más horas de exposición y gestión estricta del consumo.En controladores tienes dos caminos:
PWM: económicos y robustos, eficaces si el Vmp del panel está cercano al voltaje de batería (12–18 V). Pierdes algo de energía en climas calurosos o luz variable.
MPPT: optimizan el punto de máxima potencia del panel y suelen dar 10–25 % más energía diaria, sobre todo con paneles de mayor voltaje. Para una estación universitaria con espacio limitado de panel, un MPPT de 10–15 A es una inversión inteligente.
La portabilidad no es excusa para improvisar salidas. Lo que funciona en campo es un bus DC principal a 12 V, del que cuelgan convertidores buck dedicados y protegidos:
USB-A 5 V con reguladores de 3 A estables y protección contra cortos.
USB-C con Power Delivery (PD) para entregar 9/12/15/20 V a laptops y tablets modernas; aquí usarás un módulo PD que negocia perfiles y se alimenta desde el bus de 12 V mediante un buck de calidad.
Salida DC 12 V para routers, radios, lámparas o compresores pequeños; pon conectores normalizados (Anderson SB50, XT60, 5.5×2.1 mm) y etiqueta polaridad y límite de corriente.
Inversor AC solo si es inevitable. El salto a AC trae pérdidas (5–15 % en inversor + convertidor del cargador del equipo). Para cargar una laptop con USB-C PD, evita el inversor: es más liviano y eficiente.
Detrás de cada salida debe haber protección: fusible o limitador electrónico, y si puedes, un interruptor individual. Agrupa negativos en una barra común para evitar bucles de tierra y ruidos.
La mayor causa de fallas en estaciones caseras no es el panel ni la batería: son cables endebles, fusibles ausentes y cajas sin ventilación. Monta el sistema con criterios de baja tensión DC:
Fusible lo más cerca posible de la batería; si la batería es de 20 Ah y tus picos no superan 15–20 A, un fusible 20–30 A de acción rápida protege el bus.
Sección de cable según corriente y longitud. Para 10–15 A en trayectos cortos, AWG 14–12 es habitual; sube calibre si aumentas distancia o corriente.
Prensaestopas y pasacables en la caja; nada de cables pellizcados por la tapa.
Ventilación: los convertidores trabajan mejor fríos; deja rejillas o usa el chasis como disipador.
Fijación mecánica de batería y electrónica; la estación viaja, así que soporta golpes y vibraciones.
Conectores solares MC4 en el lado del panel, y un desconectador para aislar el generador en mantenimiento.
A) “Ligera y diaria”: LiFePO₄ 12.8 V / 20 Ah + MPPT 10 A + panel plegable 100 W.
Pesa poco, carga rápido si hay buen sol, mueve sin problema USB-C PD de 60 W durante sesiones cortas y alimenta luces a 12 V. Recomendable para salidas de un día o campamentos con buena insolación. La clave es el MPPT para exprimir el panel plegable.
B) “Resistente y de reserva”: LiFePO₄ 12.8 V / 30–40 Ah + PWM 15 A + panel rígido 100 W montado en maleta.
Más pesada pero “tranquila”: gran colchón energético, cables gruesos, salidas DC generosas y un PD de 100 W que alimenta laptops exigentes. Ideal para equipos de investigación que cargan equipos varias veces al día. Con PWM, el panel rígido cerca de 18 V de Vmp funciona bien.
En ambas, evita depender de AC. Si un equipo lo exige, dimensiona un inversor puro de 150–300 W y úsalo lo menos posible.
La estación vive en tres modos sencillos. Modo Solar: conectas el panel apenas hay luz; dejas que el controlador gestione la carga y vas consumiendo conforme necesites. Modo Sobremesa: de noche o bajo techo, trabajas solo con la batería; aquí es clave vigilar el SOC. Modo Bypass o Carga auxiliar: si estás en laboratorio, puedes cargar desde fuente o adaptador de 14.6 V (LiFePO₄) que pase por el controlador, sin panel.
Aprende a leer tu sistema: el voltímetro de batería te orienta (en LiFePO₄, 13.3–13.4 V en reposo indica alta carga; 13.0–13.1 V media; 12.8 V baja; por debajo de 12.5 V presta atención). Aun mejor si integras un coulombímetro (contador de Ah/Wh) que no depende del voltaje instantáneo.
No afirmes que tu estación “alcanza”; pruébalo. Un día despejado, registra cada hora corriente de carga del panel, tensión de batería y Wh acumulados por el controlador. Luego realiza un ciclo de descarga controlada: conecta una carga DC conocida (por ejemplo, 30 W en 12 V) y mide tiempo hasta llegar al umbral del BMS (o a 20 % de SOC). La autonomía teórica es:
Si tu batería es 256 Wh y el convertidor tiene η ≈ 0.9, cargar 30 W debería sostenerse por ≈ 7.7 h. Compáralo con tu prueba; si te quedas corto, revisa: temperatura en convertidores, caída de tensión en cables y consumo oculto (displays, ventiladores).
Nunca cortocircuites el bus DC “para probar si salta el fusible”: destruye conectores y deja olores. Etiqueta polaridad en todas las salidas. Si trabajas con Li-ion sin carcasa comercial, no improvises BMS: compra packs con BMS integrado o arma el tuyo con especificaciones y pruebas. Evita dejar la estación encerrada al sol directo; la temperatura acorta la vida de todo. Y recuerda: las baterías se transportan con terminales protegidas y, si vuelas, bajo las reglas de la aerolínea.
Si tu comunidad usa la estación más de lo previsto, crecer no es “poner otro panel y listo”. Primero aumenta el almacenamiento (p. ej., de 20 Ah a 40 Ah) y eleva el límite de carga del controlador. Después evalúa si el panel de 100 W se quedó corto: subir a 160–200 W es razonable si mantienes la portabilidad (dos plegables en paralelo, con diodos de bloqueo y cables adecuados). Para salidas de campo largas, añade un mástil o trípode que fije bien la inclinación y evita pérdidas por ángulo.
Vuelvamos al objetivo de 150 Wh/día. Elige una LiFePO₄ 12.8 V / 20 Ah (256 Wh). Monta un MPPT 10 A y un panel plegable 100 W. En un día típico (HSP = 5, PR = 0.75) recuperas ~375 Wh, más que suficiente para reponer la descarga y seguir usando la estación. Cablea el bus a 12 V con AWG 12, instala dos USB-A 5 V/3 A y un USB-C PD 100 W (con su módulo negociador). Cierra en caja IP-rated, con prensaestopas, fusible 25 A a 10 cm de la batería, voltímetro, coulombímetro y un interruptor maestro. Al final del día, tres teléfonos cargados, laptop operativa y luces funcionando, con batería al 60–70 % gracias al aporte solar. Eso es ingeniería útil.
Una estación de carga portátil bien pensada no es un “power-bank gigante”: es un sistema donde cada cifra tiene un propósito. Si defines la demanda con honestidad, dimensionas la batería con criterio, eliges un panel que de verdad llene esa batería y distribuyes la energía con pocas conversiones y buenas protecciones, obtendrás un equipo ligero, seguro y confiable que hará que tus prácticas y salidas de campo no dependan de un enchufe.
1) ¿Cómo estimo la energía diaria que necesito (Wh/día)?
Suma el consumo de cada dispositivo (teléfonos, laptop, luces) y añade 10–20 % por pérdidas. Ese total es tu objetivo diario para dimensionar panel y batería.
2) ¿Qué batería conviene para una estación portátil?
LiFePO₄ es segura y durable; Li-ion es más densa pero exige BMS confiable; plomo-ácido es barato y pesado. Para portabilidad y ciclos, LiFePO₄ suele ser la mejor elección.
3) ¿Cómo dimensiono la capacidad de la batería?
Divide los Wh/día entre la profundidad de descarga (DoD) que aceptes. Ej.: 150 Wh/día / 0.8 ≈ 187.5 Wh → en 12.8 V ≈ 14.6 Ah; elige 20 Ah para margen.
4) ¿MPPT o PWM en el controlador?
MPPT extrae más energía en condiciones variables (≈10–25 %). PWM es válido si Vmp del panel se acerca al voltaje de batería y quieres simplicidad.
5) ¿Qué potencia de panel necesito?
Con HSP=5 y PR=0.75, 100 W producen ~375 Wh/día. Para una meta de 150 Wh, hay margen; con 60–80 W también puedes si gestionas uso y tiempos de exposición.
6) ¿USB-C PD o inversor AC para laptops?
Usa USB-C PD desde el bus de 12 V: es más eficiente y ligero. Deja AC solo cuando no haya alternativa.
7) ¿Qué protecciones y cableado debo incluir?
Fusible cerca de la batería, AWG adecuado, prensaestopas, ventilación y conectores correctos (MC4 para panel, DC estandarizados para salidas). Etiqueta polaridad y límites de corriente.
8) ¿Cómo verifico que la estación cumple?
Mide Wh cargados en un día y realiza una descarga controlada con carga conocida. Compara contra lo calculado y corrige panel, cables o convertidores si hay diferencias.
9) ¿Cómo leo el SOC sin BMS avanzado?
Usa voltaje en reposo como orientación en LiFePO₄ y complementa con un coulombímetro que cuente Ah/Wh para mayor precisión.
10) ¿Cuándo escalar la estación?
Cuando falte autonomía o potencia: primero aumenta batería y capacidad del controlador; luego amplía panel (p. ej., a 160–200 W) y verifica que cables y fusibles soporten la nueva corriente.
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