Pemex otorgó un contrato por 15 mil millones de pesos sin licitación a BME SUBTEC, empresa ligada a redes políticas y con historial de corrupción.
Petróleos Mexicanos (Pemex) se encuentra en el centro de una nueva polémica tras la revelación de un contrato por 15 mil millones de pesos, otorgado por asignación directa a la empresa BME SUBTEC, para la renta de un buque de servicio a plataformas petroleras durante diez años. El acuerdo, firmado en enero de 2024, compromete recursos hasta 2033 y ha desatado cuestionamientos sobre transparencia y tráfico de influencias en la paraestatal.
BME SUBTEC, antes conocida como Blue Marine, cambió de nombre tras ser señalada en administraciones anteriores por colusión y sobreprecios en servicios marítimos. Hoy, bajo una nueva identidad corporativa, vuelve a escena con uno de los contratos más lucrativos en la historia reciente de Pemex. El monto incluye pagos en pesos y dólares, lo que eleva el compromiso financiero a niveles que impactarán dos sexenios.
La adjudicación directa se realizó sin proceso competitivo, bajo el argumento de “sinergia operativa”, una figura legal que permite este mecanismo en casos específicos. Sin embargo, la relación entre directivos de Pemex y actores políticos cercanos al partido gobernante ha encendido alertas sobre posibles conflictos de interés. El caso involucra a operadores con influencia en áreas estratégicas de la petrolera y a empresarios con historial de contratos privilegiados.
Más allá del escándalo político, el contrato plantea riesgos financieros y reputacionales para Pemex. La dependencia de adjudicaciones directas, en lugar de licitaciones abiertas, podría afectar la confianza de inversionistas y socios internacionales en un momento crítico para la industria energética mexicana. Expertos advierten que este tipo de prácticas compromete los esfuerzos por modernizar la empresa y atraer capital para proyectos estratégicos.
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