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Dos Bocas: sobornos y huachicol exigen blindaje inmediato

Una red que operó en la refinería Olmeca reveló grietas en la cadena portuaria. Qué pasó, por qué importa en 2025 y el plan 12‑12‑12 para cerrarle la puerta al huachicol.

Dos Bocas: sobornos y huachicol exigen blindaje inmediato

Un documento de inteligencia de 2022 perfila cómo una red de huachicol operó en la refinería Olmeca (Dos Bocas), lubricada por sobornos a personal de seguridad. Tres años después, el país da golpes a un circuito mayor de contrabando —con marinos y exfuncionarios detenidos—, mientras una secuencia de muertes ensombrece el caso. El mensaje es claro: blindar la logística marítima-energética ya no es opcional.

1) Lo que se destapó y por qué importa ahora

Una célula dedicada a extraer combustible de barcos en Dos Bocas habría comprado voluntades con pagos en efectivo para acceder a instalaciones estratégicas y mover diésel y gasolina hacia tierra. La red no actuaba sola: dependía de una logística marítimo‑terrestre bien aceitada, puntos de acopio discretos y una salida comercial con apariencia de legalidad.

Tres elementos la vuelven hoy un caso país: (i) su origen portuario, donde confluyen autoridad marítima, aduanas y Pemex; (ii) la conexión con el boom del “huachicol fiscal” (contrabando técnico vía documentación falsa) y (iii) el riesgo reputacional y financiero para la seguridad energética recién reconfigurada.

2) El engranaje: cómo operaba la red de “La Hormiga”

El ardid combinó contactos internos, capitanes de lancha y una ruta nocturna. El combustible se obtenía de embarcaciones que atracaban en plataforma; se trasvasaba a lanchas, se internaba por río y se transfería a camionetas rumbo a bodegas identificadas en la zona. La operación funcionaba porque el soborno era barato y el margen, alto.

Para sostener el volumen, la red escaló tres capas:

  • Núcleo de coordinación. Liderazgo operativo con enlace marítimo (“El Lanchero”) y cartera de capitanes.
  • Blindaje institucional. Vínculos con elementos que facilitaban accesos o “limpiaban” denuncias, reduciendo el costo de ser detectados.
  • Distribución en tierra. Repartidores, estaciones tolerantes y puntos de venta fijo con trazabilidad simulada.

3) El giro de 2025: del caso Dos Bocas al mapa nacional del contrabando

En 2025, un aseguramiento histórico de 10 millones de litros de diésel en el Golfo detonó órdenes de captura que alcanzaron a marinos, exaduaneros y empresarios. La investigación describe documentación apócrifa, flotas y depósitos como soporte del negocio. Aunque los expedientes se originan en puertos del norte, el patrón logístico es el mismo: entrada por mar, papeles alterados, trasiegos rápidos y un circuito de venta que blanquea el producto.

La conexión no es solo técnica. Las mismas grietas institucionales —captura de mandos medios, rotación insuficiente, auditoría asincrónica— permiten que modus operandi distintos (ordeña portuaria y contrabando técnico) coexistan y se retroalimenten.

4) Señales de alerta: siete muertes y un mensaje a los sistemas de control

La secuencia de decesos de marinos y exfuncionarios alrededor de expedientes de contrabando exhibe una capa de riesgo personal y organizacional: intimidación, captura y silencios administrativos. Para el Estado, el reto no es solo judicializar; es garantizar protección a denunciantes y continuidad operativa cuando se remueven mandos en nodos críticos (aduanas, protección portuaria, logística de Pemex).

Cuando el delito sube por la cadena de mando, se vuelve también riesgo sistémico: decisiones tardías, cierres de ductos o muelles, seguros más caros, fricciones con socios comerciales y costos que terminan en la tarifa del consumidor.

5) ¿Qué falla en el puerto? Cuellos de botella que hacen posible el huachicol

  • Accesos y perímetros porosos. Brechas físicas en muelles, espigones y pasos ribereños permiten micro‑trasiegos de alto rendimiento.
  • Auditoría fragmentada. SCADA de Pemex, bitácoras portuarias y aduanales no sincronizan eventos (arribos, caídas de presión, movimientos de pipa).
  • Ventanas nocturnas. Turnos con menor densidad de supervisión (22:00–04:00) facilitan operaciones silenciosas.
  • Trazabilidad débil. CFDI, vales y manifiestos carecen de sellos inviolables vinculados al volumen real y al punto de trasiego.

Resultado: cada peso en soborno compra minutos clave y esos minutos se convierten en miles de litros.

6) Blindaje 12‑12‑12: un plan operativo en tres frentes para Dos Bocas (y replicable)

12 horas – Respuesta inmediata

  1. Tope de riesgo por ventana nocturna. Reducción temporal de ventanas de carga/descarga y doble firma (autoridad marítima + Pemex) para movimientos fuera de horario.
  2. “Círculo de confianza” de 30 mandos y operadores validados con polígrafos rápidos y revisiones patrimoniales express.
  3. Geocercas activas en ribera y canales; alerta si una lancha o pipa registrada apaga GPS o sale de trazo.

12 días – Integridad de datos 4. Gemelo digital de atraques. Cruce en tiempo real de caudal, presión, mareas, AIS del buque y CCTV con analítica de anomalías (patrones de trasvase no programados).

  1. CFDI energético con sello criptográfico volumétrico. El comprobante se “cierra” solo si coinciden volumen despachado, hora, geolocalización y ID de equipo metrológico.
  2. “Camino del litro”: cada litro descargado debe mostrar huella digital desde manifold hasta tanque destino; sin esa huella, no hay facturación.

12 semanas – Cierre estructural 7. Rotación trimestral de mandos en aduanas, protección portuaria y logística, con vacaciones escalonadas para romper redes de reciprocidad.

  1. Metrología forense (tercero independiente) sobre conexiones, derivaciones y “puertos ciegos”.
  2. Licitación de vigilancia mixta (marítima‑terrestre) con KPIs públicos: tiempo de respuesta, tomas abortadas, pérdidas evitadas.
  3. Cláusula anticorrupción en todos los contratos del hub: pérdida automática del contrato y responsabilidad solidaria por producto ilícito.
  4. Protección a denunciantes: canal cifrado, incentivos y cambio de adscripción en <72 horas.
  5. Mesa cívica local (empresarios, academia, colonias): alertas de riesgo, mapas comunitarios y campañas de consumo responsable (no comprar gasolinas o diésel sin trazabilidad).

7) Para la ciudadanía: cómo identificar combustible ilegal

  • Factura con volumetría. Debe incluir lugar, hora y equipo de medición; desconfía de “solo nota”.
  • Sellos y marbetes. Verifica fechas de prueba en cilindros y que la pipa muestre permiso vigente.
  • Precio “demasiado barato”. Si el descuento no tiene sustento (promoción, volumen, contrato), puede ocultar riesgos de seguridad y responsabilidad penal al comprador.

8) Qué sigue y cómo medir si funciona

Dos Bocas puede convertirse en laboratorio de integridad portuaria si se publican —cada trimestre— tres indicadores simples: (i) minutos de respuesta a anomalías, (ii) litros recuperados/evitados y (iii) reincidencia por polígono. Si esas curvas bajan de forma sostenida, el blindaje está funcionando. Si no, volvemos a discutir sobornos de 10 mil pesos con pérdidas de millones.


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