El posible bloqueo del Estrecho de Ormuz amenaza con disparar el crudo a 90 USD, presionar precios en México y reactivar subsidios a gasolinas. Conoce el escenario en cinco pasos.
El Parlamento iraní plantea cerrar el Estrecho de Ormuz, paso por donde navega 20 % del petróleo mundial. La sola amenaza elevó el Brent a 79 USD y el WTI a 76 USD, mostrando cuán frágil es el mercado energético ante choques geopolíticos.
Bloquear Ormuz recortaría casi un tercio del comercio marítimo de crudo —unos 20 mbd— presionando la oferta global. Analistas ven el barril en 90 USD, acelerando inflación y encareciendo combustibles, fletes y productos básicos a escala planetaria.
México, importador neto de gasolinas, enfrentará precios internos mayores. El gobierno decidirá entre permitir el alza —con riesgo inflacionario— o reactivar subsidios vía IEPS, drenando finanzas públicas. Cada dólar extra en la mezcla mexicana suma 10 700 mdp, pero el subsidio los diluye.
Empresas mexicanas sufrirán costos logísticos más altos; industrias intensivas en energía verán márgenes comprimidos; hogares gastarán más en transporte. Una incertidumbre prolongada enfría inversión y puede ralentizar el crecimiento, advierten economistas.
El Consejo Supremo de Seguridad Nacional iraní debe avalar el cierre. Si se retracta, los precios retrocederían; si procede, rutas alternativas y reservas estratégicas amortiguarían parcialmente, pero el choque inicial sería inevitable y global.
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