Los precios del crudo caen abruptamente tras los nuevos aranceles de Trump. Te explicamos cómo esto afectará tu gasolina y la economía mexicana.
Esta mañana, mientras los mercados abrían en Asia, algo ocurrió que hizo temblar a la industria petrolera mundial. Los precios del barril comenzaron a caer como piedra, dejando atónitos a analistas y gobiernos por igual. ¿El culpable? Una sola palabra: Trump.
A las 5:00 a.m. (hora de la CDMX), el Brent cotizaba a 70.02 dólares (caída del 0.24%) y el WTI estadounidense a 68.14 dólares (bajó 0.35%). Parecen cifras pequeñas, pero son la punta del iceberg. Detrás de estos números hay una realidad preocupante: los nuevos aranceles impuestos por el gobierno de Trump están generando pánico en los mercados, con inversionistas anticipando un freno al crecimiento económico global... y por ende, menor demanda de crudo.
Mientras Arabia Saudita y Rusia pueden ajustar su producción, Pemex no tiene ese lujo. Con una deuda que supera los 2 billones de pesos y una producción en caída libre (-11.3% en el último año), esta baja en los precios podría:
Reducir aún más los ingresos del gobierno, que depende en un 20% de los recursos petroleros.
Afectar el precio de la gasolina en un momento inflacionario crítico.
Complicar los planes de Sheinbaum para reactivar la industria energética nacional.
Hace apenas un año, cuando el crudo superaba los 90 dólares, México celebraba. Hoy, con precios a la baja y una economía global en modo defensivo, el fantasma de 2020 —cuando el WTI llegó a valer menos que un café— ronda otra vez los pasillos de la SENER.
Expertos advierten que si los aranceles de Trump se extienden a más productos (como amenazó esta semana), el petróleo podría caer por debajo de los 65 dólares, nivel que haría insostenible muchos proyectos de energía limpia en el mundo. Para México, que apuesta a inversiones mixtas en renovables y crudo, el timing no podría ser peor.
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