Por Redacción
El crudo Brent acumula un 20% de alza en junio mientras el conflicto Israel-Irán aviva temores de interrupciones en el suministro global. Expertos advierten umbrales críticos para la economía.
A $77 por barril, el crudo Brent parece aún distante de los $139 que marcó durante la crisis de Ucrania en 2022. Pero su 20% de alza acumulada en junio —el mayor salto mensual en cinco años— enciende alarmas globales. El detonante: la escalada bélica entre Israel e Irán está convirtiendo cada kilómetro del estrecho de Ormuz en un polvorín potencial para los mercados.
Primer acto: La prima por futuros a 6 meses del Brent alcanzó máximos de medio año, señal de que los traders descuentan interrupciones en el 20% del flujo petrolero global que pasa por Ormuz.
Segundo acto: La OPEP+ prometió 1.2 millones de barriles diarios adicionales, pero "ni un solo barril ha llegado a los mercados", advierte Nadia Martin Wiggen de Svelland Capital.
Tercer acto: Si China activa compras de pánico, "las tarifas de flete se dispararán y arrastrarán los precios", agrega la experta.
El umbral rojo: "Petróleo sostenido sobre $100 reduciría 1% el PIB global y añadiría 1% a la inflación", sentencia Samy Chaar de Lombard Odier. Para la RBC, incluso $75/barril elevarían el IPC estadounidense a 3.5% en 2025.
En la mira: Turquía, India y Europa del Este, importadores netos que sufrirían el "impuesto invisible" de los precios altos.
Beneficiarios: Arabia Saudita, Nigeria y —en menor medida— México, donde cada dólar adicional en el crudo inyecta $1,300 millones anuales a las arcas públicas (según cálculos de SHCP).
Ironía histórica: El dólar, tradicional aliado del petróleo, solo subió 0.4% esta semana. Su debilidad anual del 9% actúa como amortiguador para economías emergentes.
Goldman Sachs prevé que los mercados mantendrán la calma "mientras no haya un cierre efectivo de Ormuz". Pero la advertencia de Christophe Boucher (ABN AMRO) resuena: "Estamos a $23 del abismo".
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