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Altamira pide IP en Pemex para reactivar petroquímica

La industria de Altamira urge abrir la puerta a la inversión privada en Pemex para levantar la cadena de óxido de etileno y polietilenos, reducir importaciones y dar certidumbre a un clúster exportador clave.

Altamira pide IP en Pemex para reactivar petroquímica

La expectativa en Altamira es concreta y urgente: “ahora sí” abrir la puerta a la iniciativa privada dentro de Pemex para detonar óxido de etileno y polietilenos, insumos que hoy se importan y que faltan a las plantas del sur de Tamaulipas que fabrican envoltorios, envases y material médico. El sindicato químico-petroquímico local pidió reglas claras para asociarse donde haga sentido y dejar de depender del exterior. En el clúster operan firmas de escala mundial —Alpek/Indelpro, SABIC, Flex Films, entre otras— con plantas y centros logísticos en el puerto industrial.

Qué se espera y por qué ahora

El Plan Estratégico de Pemex 2025–2035 contempla rehabilitar y fortalecer los complejos Cangrejera y Morelos en la cadena etano-etileno, con una inversión programada de 78,374 millones de pesos entre recursos públicos y esquemas financiados por terceros. La apuesta: recuperar materia prima para el mercado doméstico y dar confiabilidad al abasto de resinas.

La ventana de oportunidad viene por dos carriles. Primero, la demanda: México es un gran consumidor de plásticos y resinas y compra una parte sustancial a Estados Unidos, lo que deja expuesto al clúster ante shocks logísticos y de precio. Segundo, las metas de producción planteadas por el gobierno: elevar en la década la oferta de óxido de etileno y polietilenos, hoy por debajo de las necesidades del mercado.

Lo que cambia con el plan de Pemex

El documento estratégico fija objetivos de volumen para óxido de etileno y polietilenos, sustentados en la reactivación de los complejos veracruzanos y la mejora de confiabilidad. Para Altamira —que hoy integra más de una docena de sitios manufactureros y logísticos vinculados a plásticos— esto implicaría más molécula local, menos paros por falta de insumo y mejor planeación de inventarios. En la práctica: menos importaciones de emergencia y más contratos industriales con visibilidad de precio y suministro.

Si la apertura a IP se materializa en proyectos “bancables” —joint ventures, esquemas de procesamiento por tarifa o aportación de capital privado en unidades específicas— Altamira podría sumar capacidad de transformación y subir el contenido nacional de envases, empaques y aplicaciones médicas. El clúster ya alberga operaciones de Indelpro (polipropileno), SABIC (químicos y plásticos de ingeniería) y Flex Films (películas plásticas), lo que da base para encadenamientos con nuevos volúmenes de PE y óxido de etileno.

Lo que está en juego

Sin materia prima confiable, la industria pierde competitividad y el país mantiene un déficit en insumos plásticos. Con el plan en marcha y apertura ordenada a la IP, Altamira puede convertirse en el pivote de la recuperación petroquímica: abastecer a envase-empaque y cuidado de la salud, reducir importaciones y sostener exportaciones hacia Norteamérica y otros mercados. El reto es de ejecución: cronogramas de obra en Cangrejera/Morelos, contratos con reglas claras y costos alineados al mercado para que la molecula nacional llegue a tiempo y al precio correcto.

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