
La presidenta desmiente versiones sobre la liberación del exdirector de Pemex, acusado en el caso Odebrecht, y confirma que sigue bajo custodia en EU.
La presidenta Claudia Sheinbaum negó categóricamente que Carlos Treviño Medina, exdirector de Pemex, haya sido liberado por autoridades estadounidenses, como difundieron diversos medios. “Me informaron que sigue detenido por Estados Unidos”, afirmó durante su conferencia matutina, en medio de versiones que apuntaban a su libertad bajo fianza.
Treviño fue arrestado el 12 de agosto en Dallas, Texas, por la Oficina de Detención y Deportación del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), en el marco de un proceso migratorio. En México, enfrenta una orden de aprehensión vigente desde 2021 por presuntos delitos de asociación delictuosa y operaciones con recursos de procedencia ilícita, vinculados al escándalo de corrupción de Odebrecht.
El exdirector de Pemex es señalado por recibir sobornos millonarios para favorecer contratos y aprobar la reforma energética, según la denuncia presentada por Emilio Lozoya, también exdirector de la petrolera. Lozoya declaró que Treviño habría recibido 4.3 millones de pesos para operar beneficios indebidos en la planta Etileno XXI, adjudicada a la firma brasileña.
Este episodio forma parte de una trama que expuso redes de corrupción transnacional, donde Odebrecht admitió haber pagado 788 millones de dólares en sobornos en América Latina. En México, el caso detonó investigaciones contra exfuncionarios y legisladores, y sigue siendo símbolo de la fragilidad institucional frente a intereses políticos y empresariales.
La situación de Treviño abre un nuevo capítulo en la relación bilateral México-Estados Unidos en materia de cooperación judicial. Mientras el gobierno mexicano insiste en su extradición, su defensa argumenta que el arresto responde a un proceso migratorio y solicitud de asilo, lo que podría prolongar su permanencia en territorio estadounidense.
Más allá del litigio, el caso revive el debate sobre impunidad y justicia selectiva en México. ¿Por qué, a cinco años de las denuncias, los procesos siguen estancados? ¿Qué garantías existen para que los responsables enfrenten la ley sin que los casos se conviertan en moneda de cambio política?
La resolución del caso Treviño no solo definirá el futuro judicial de un exalto funcionario: será una prueba para la credibilidad del sistema anticorrupción mexicano y para la cooperación internacional en la lucha contra delitos financieros. En un país que busca atraer inversión y fortalecer su imagen institucional, la transparencia y la firmeza en estos procesos son más que una obligación: son una condición para recuperar la confianza.
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