El gobierno federal mantiene el precio promedio en 23.59 pesos por litro; analizamos las claves del acuerdo y sus efectos en la economía familiar.
En un escenario donde la inflación global sigue sacudiendo economías, México ha logrado mantener la gasolina regular en un promedio nacional de 23.59 pesos por litro, según reveló este martes el subsecretario de Hidrocarburos de la SENER, Juan José Vidal Amaro. El funcionario defendió en la Convención ONEXPO 2025 el éxito de la Estrategia Nacional para Promover la Estabilización del Precio de la Gasolina, un acuerdo voluntario con empresarios que, asegura, ha evitado "subidas abruptas como las del pasado neoliberal".
A diferencia de controles de precios rígidos, el pacto —firmado en febrero— opera bajo un esquema de "responsabilidad compartida". El 94% de las gasolineras venden por debajo de los 24 pesos, según datos oficiales, aunque sin imposiciones legales. "No es un regalo ni un milagro: es coordinación institucional", recalcó Vidal Amaro, quien atribuyó los resultados al fortalecimiento de PEMEX y la CFE como pilares de la "soberanía energética".
El discurso del subsecretario no eludió críticas al modelo anterior: "Hace tres décadas, la apertura desmedida nos dejó sin herramientas para proteger al consumidor. Hoy, el Estado vuelve a ser el timón". Una referencia directa a las reformas publicadas en marzo, que buscan revertir políticas de desregulación y consolidar al gobierno como rector del sector.
La frase más citada del evento llegó cuando Vidal Amaro afirmó: "El acceso a la energía no es un privilegio, es un derecho". Una declaración que enmarca la política actual en la llamada "cuarta transformación", ahora bajo el liderazgo de la presidenta Claudia Sheinbaum. Según el funcionario, este enfoque prioriza el "bienestar social sobre intereses privados", aunque sin desconocer la participación empresarial.
Pero no todo es autocomplacencia. El subsecretario admitió que el reto sigue siendo combatir el mercado ilegal —que según estimaciones roba hasta el 30% de las ventas legítimas— y asegurar que la estabilidad no dependa solo de voluntades. Para ello, llamó a la ONEXPO y a las empresas a mantener una "colaboración transparente", especialmente en un contexto donde el barril de petróleo ronda los 82 dólares y la geopolítica energética global sigue en jaque.
La metáfora usada por Vidal Amaro —"el segundo piso de la cuarta transformación"— apunta a consolidar un modelo donde PEMEX y CFE no solo sean empresas, sino "instrumentos de justicia social". Esto implica, según expertos, inversiones en refinerías como Dos Bocas y una apuesta por energías limpias sin ceder el control a capitales extranjeros.
Pero hay voces críticas. Analistas como David Shields, especialista en energía, advierten que "la estabilidad tiene pies de barro si no se moderniza la infraestructura". PEMEX, por ejemplo, acumula pérdidas por 9,158 millones de pesos en el primer trimestre por el acuerdo de precios, según datos de Caraiva y Asociados.
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