Por Redacción
Mientras el precio promedio de la gasolina mostró estabilidad en mayo, un análisis detallado revela intensos movimientos regionales y diferencias de hasta $4.88 por litro entre zonas fronterizas.
A simple vista, mayo pareció un mes de estabilidad en los precios de la gasolina en México. El litro de combustible regular apenas registró una disminución de dos centavos a nivel nacional, ubicándose en $23.63. Pero detrás de esta aparente calma, el mercado mostró una actividad frenética con casi 8,000 ajustes de precios en estaciones de servicio a lo largo del país.
Las diferencias regionales fueron el factor más destacado del mes. En los municipios fronterizos de Chihuahua, los consumidores pagaron hasta $4.88 pesos menos por litro que en el resto del estado, gracias a los estímulos fiscales que reducen el IVA al 8%. Esta brecha no solo afecta los bolsillos de los consumidores, sino que redefine las estrategias comerciales de las gasolineras, obligándolas a ajustar sus precios con frecuencia para mantenerse competitivas.
Mientras Chihuahua y Tabasco vieron incrementos superiores a 79 centavos por litro en comparación con mayo del año anterior, Quintana Roo y Guerrero experimentaron disminuciones de más de 70 centavos. Estas variaciones responden a factores locales como la competencia, costos logísticos y políticas regionales, pintando un panorama donde cada estado vive su propia realidad energética.
Las zonas rurales pagaron en promedio 31 centavos más por litro que las urbanas, una diferencia que se explica por los mayores costos de distribución y la menor competencia en estas áreas. Este gap se reduce -pero no desaparece- en los combustibles premium y diésel, donde las diferencias fueron de 14 y 22 centavos respectivamente.
La paraestatal mantuvo una posición peculiar: precios estables en gasolina regular, pero significativamente más bajos (-73 centavos) en la premium. Esta aparente contradicción revela una táctica cuidadosamente calculada para defender su participación en el segmento de mayor valor agregado, incluso a costa de márgenes más ajustados.
La frecuencia de cambios de precios por estado sirvió como indicador de salud competitiva. Mientras en la Ciudad de México los precios se ajustaban cada 12 días en promedio, en Campeche algunas estaciones mantuvieron sus tarifas sin cambios por más de 79 días. Esta rigidez sugiere mercados menos dinámicos, donde la competencia no presiona suficientes ajustes.
El informe de PetroIntelligence deja claro que, en el mercado de combustibles, la estabilidad nacional es solo un espejismo. Detrás del promedio se esconden realidades radicalmente diferentes según la región, el tipo de combustible e incluso la ubicación urbana o rural. Para los consumidores, esto significa que en el precio de la gasolina, como en el clima, todo depende del lugar donde uno se pare.
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