El gobierno de Yucatán entrega sistemas de riego con energía solar en Kaxatah, Motul. Conoce cómo esta tecnología mejora la productividad agrícola y reduce el impacto ambiental.
En México y el mundo el cambio climático y la escasez hídrica amenazan la productividad agrícola, el gobierno de Yucatán ha comenzado a implementar soluciones tecnológicas sustentables en el campo. Esta semana, el gobernador Joaquín Díaz Mena entregó sistemas de riego alimentados por energía solar en la comisaría de Kaxatah, municipio de Motul, como parte de un programa estatal de tecnificación agrícola con enfoque ambiental.
La iniciativa contempla una inversión de 2.4 millones de pesos, destinada a modernizar los sistemas de riego en zonas rurales mediante tecnologías limpias, como aspersión y microaspersión, adaptadas a cultivos de hortalizas, forrajes y productos básicos que sostienen la economía local.
El gobernador destacó que ya no es viable depender exclusivamente de las lluvias para la producción agropecuaria. “La agricultura del siglo XXI debe ser eficiente, sustentable y resiliente. Por eso apostamos por energías renovables en el campo”, afirmó Díaz Mena durante el evento.
Los sistemas entregados permiten reducir el consumo energético, mejorar la eficiencia hídrica y disminuir los costos operativos para los productores. Además, al funcionar con paneles solares, se elimina la dependencia de combustibles fósiles o redes eléctricas inestables, lo que representa un avance en la autonomía energética rural.
El secretario de Desarrollo Rural, Edgardo Medina Rodríguez, informó que el programa ha recibido más de 1,200 solicitudes de productores interesados en incorporar tecnologías limpias a sus unidades agrícolas. “El campo yucateco está listo para dar el salto hacia la modernización. Lo que falta es acompañamiento técnico y financiamiento”, señaló.
En el caso específico de Kaxatah, se realizó una inversión superior a 82 mil pesos por unidad productiva, de los cuales el gobierno estatal aportó más de 49 mil pesos, equivalente al 60% del total, reafirmando el compromiso público con el desarrollo rural.
Yucatán se suma a una tendencia nacional e internacional que busca descarbonizar el sector agropecuario, responsable de una parte significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero. La incorporación de energía solar en sistemas de riego no solo mejora la productividad, sino que también contribuye a los objetivos climáticos del país.
Expertos como Gabriel Rosas, director de Verifigas, señalan que este tipo de proyectos pueden escalarse a otras regiones con condiciones similares. “La clave está en la capacitación, el mantenimiento y la medición de impacto. Si se hace bien, puede transformar el campo mexicano”, afirmó.
La transición energética en el campo no es solo una cuestión ambiental, sino también económica y social. En zonas como Kaxatah, donde la agricultura es el principal sustento, la eficiencia hídrica y energética puede marcar la diferencia entre subsistencia y prosperidad.
El modelo implementado en Yucatán representa una oportunidad para reducir la pobreza rural, fortalecer la seguridad alimentaria y crear empleos verdes. Pero para que sea sostenible, se requiere una política pública integral que incluya financiamiento, capacitación, monitoreo y participación comunitaria.
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