Adiós a la libre circulación: bicis y scooters eléctricos, a la mira de la ley

Descubre cómo la CDMX planea someter a scooters y bicis eléctricas al reglamento de tránsito, quitándoles acceso a ciclovías y obligándolos a usar casco. ¿Solución o un golpe a la micromovilidad?

Adiós a la libre circulación: bicis y scooters eléctricos, a la mira de la ley

Ya es un hecho: en la Ciudad de México se perfila una nueva regulación para las bicis y scooters eléctricos. El anuncio vino de la bancada de Morena, que adelantó que en los próximos días la jefa de Gobierno, Clara Brugada, enviará su iniciativa al Congreso local. La idea: dejar de catalogar estos vehículos como “no motorizados”, ponerlos en la mira del reglamento de tránsito y exigirles cosas como uso de casco y la prohibición de meterse a las ciclovías. Muchos aplauden el fin del “limbo legal” en el que se mueven estos vehículos, pero otros temen que la solución sea más burocracia y posibles multas injustas.

La vicecoordinadora parlamentaria de Morena, Brenda Ruiz, argumentó que hoy en día estos scooters o bicis eléctricas, que en teoría alcanzan entre 45 y 48 kilómetros por hora, no están sujetos a normas claras, ni se les obliga a cascos, ni se revisan sus cilindradas. Esto a pesar de que, insisten, sus índices de accidentes se acercan a los de las motocicletas. ¿Cuál es el plan entonces? Reetiquetarlos como “vehículos de propulsión eléctrica” y, por ende, sacarlos de las ciclovías para que convivan con autos y camiones en la vía pública. Por supuesto, la pregunta es si a las bicis eléctricas de baja potencia les conviene realmente competir con un auto a toda velocidad en los carriles centrales. Algunos dirán que se fomenta la seguridad peatonal, pero ¿no se podría pensar también que es un golpe a la movilidad sustentable?

Se habla de que Sedeco crearía un registro de comerciantes de vehículos eléctricos, con el fin de frenar la importación de scooters pirata y garantizar que cumplan con normas oficiales. Lo lógico sería que, si estos vehículos van a circular entre coches, tengan frenos, faros, señalamientos y algún seguro. Pero ¿qué tanto se encarecerá su precio para el consumidor común? Y todavía falta ver si la policía de tránsito realmente aprenderá a distinguir modelos y potencias, o si habrá un caos similar al que ocurre con las motocicletas de baja cilindrada, tan perseguidas o extorsionadas en operativos.

La iniciativa, según Morena, equipara las sanciones de estos vehículos a las de las motos. Así que, si un conductor de scooter comete una infracción, podría llevarse la misma multa que una Harley Davidson. Para algunos es un avance, pues finalmente meterá orden a la anarquía de los scooters que rebasan por izquierda, derecha y a veces se trepan a la banqueta. Para otros, es un castigo doble: ni tendrás la libertad de circular por las ciclovías, ni la certeza de que no te pasen encima los micros en la avenida. Lo que está claro es que este debate dará de qué hablar, sobre todo en una ciudad que clama por más y mejores alternativas de transporte. Falta ver si la nueva normativa no termina asfixiando la micromovilidad y disparando multas, que es donde algunos gobiernos suelen ver una buena oportunidad recaudatoria. En un par de meses, quizá veamos si esta “regulación” es un paso firme o un simple capricho legislativo.

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