El robo de motocicletas va al alza en la Megalópolis. ¿Solución? Un registro similar a Repuve y nuevas regulaciones en cinco estados, pero crecen las dudas sobre costos, burocracia y efectividad real.
Un registro estilo Repuve para motos en la Megalópolis. Así podría lucir la nueva estrategia de la CDMX, junto con Morelos, Edomex, Hidalgo y Puebla, para meterle orden al robo de vehículos y autopartes. Bajo la premisa de que el asalto a coches ha bajado, pero el de motocicletas va en ascenso, las autoridades estatales se andan moviendo para crear reglas que, en teoría, pondrían en cintura a los conductores de motos y agilizarían la búsqueda de vehículos robados.
Según lo dicho por la jefa de Gobierno, Clara Brugada, la propuesta es instalar una mesa con la Federación, para que todos los que anden en moto estén en un registro uniforme. “Queremos que se lleve a cabo un control más serio, ya que las motos no están en Repuve y esto facilita la vida a los ladrones.” En pocas palabras, la idea suena a un Repuve 2.0 enfocado en dos ruedas. Pero, claro, ¿quién asegura que no termine en burocracia excesiva o en una ventanilla más donde acabe floreciendo el coyotaje?
Entre las medidas planteadas, está la homologación de la tramitología —licencias, permisos de circulación y todo tipo de papeles— para que en toda la región metropolitana (que abarca CDMX, Edomex, Hidalgo, Puebla y Morelos) se apliquen requisitos similares. La gente que conduce motos, sin embargo, ya sospecha que vendrán más cuotas, revisiones o incluso grúas a la caza de infractores. No faltarán quienes se cuestionen si detrás de esto se esconde un afán recaudatorio. Recordemos que en el pasado, iniciativas como el “placazo” han sido criticadas como meros pretextos para sacar dinero a la gente sin resolver de fondo la inseguridad.
Otro pilar del proyecto será la política fiscal conjunta en materia de multas, verificación y tenencia. O sea, si la CDMX decide endurecer la verificación vehicular, no querrá que Edomex aplique criterios distintos, para que la moto no se “escape” cruzando la frontera municipal. Por un lado, suena lógico; por otro, a nadie le emociona la idea de multiplicar la multa si se pasa un semáforo entre la Capital y Tlalnepantla.
Según las autoridades, el robo de motos se disparó por la flexibilidad de las normativas y la carencia de un sistema robusto de identificación. Aun así, no todos están convencidos de que un registro sea la varita mágica: ¿qué pasa con la colusión policiaca, la venta de autopartes en tianguis y el contrabando? Sin una supervisión real a la compraventa informal de refacciones, cualquiera registra su moto, la reporta robada y la revende por fuera.
Por lo pronto, Brugada anunció que en quince días habrá otra reunión, y en dos meses se planea firmar los convenios oficiales. El escepticismo sobra: muchos recordarán cómo han quedado en papel mojado varios pactos similares. Pero si de veras se logra una red unificada y limpia, quizá el ladrón de motos lo piense dos veces antes de jugársela. La pregunta del millón: ¿cuántos controles más, e impuestos más, tendrán que absorber los ciudadanos antes de ver resultados?
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