Descubre por qué Morena impulsa otra vez la prohibición del doble remolque, cómo se relaciona con la nueva norma de balizado obligatorio y por qué la Guardia Nacional jugaría un papel clave en la supervisión y control.
La batalla contra los dobles remolques en las carreteras de México está de vuelta en la agenda legislativa, ahora a través de una nueva iniciativa que ha sacudido la Cámara de Diputados. El diputado Leoncio Alfonso Morán Sánchez, de la bancada de Morena, acaba de presentar una reforma a la Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal que, de concretarse, prohibiría la circulación de estos vehículos de carga. Y aunque la propuesta suena como un deja vu —desde hace más de una década varios políticos han prometido acabar con estas “moles rodantes”—, esta vez incluye un giro interesante: la Guardia Nacional se sumaría a la supervisión y control.
Morán Sánchez asegura que las carreteras nacionales ya vivieron demasiadas tragedias relacionadas con unidades pesadas y que urge frenar un riesgo que, en sus palabras, “cuesta vidas y cierra vialidades con frecuencia alarmante”. La narrativa no es nueva: choques fatales en autopistas como la México-Puebla o la Guadalajara-Colima han dado munición a quienes exigen eliminar los dobles remolques, responsabilizándolos del caos y la muerte en el asfalto.
Entre las modificaciones propuestas, se pretende la adición y reforma de artículos clave en la Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal, para remover el permiso de circular a unidades con doble configuración y —en caso de violarse la norma— que la Guardia Nacional actúe de inmediato, retirándolas de circulación y revocando permisos. Algo que ya suena a un golpe drástico para el sector autotransporte, cuyo grueso de actividad comercial, según expertos, depende en buena medida de este tipo de vehículos.
La bola se complica más con la obligación de balizado que recientemente se puso sobre la mesa de regulación para transportistas federales. Según la nueva normativa propuesta (ver: https://airegulasolutions.com/Post/balizado-obligatorio-transportistas-mexico/3394), las empresas están obligadas a incorporar material reflectivo y señalizaciones visibles para mejorar la seguridad en las carreteras. Algunos transportistas ven estas reglas como un calvario burocrático; otros, como una herramienta para evitar choques y salvar vidas. De cumplirse la prohibición del doble remolque, habría un giro total en la forma de transportar mercancías y, de paso, en la aplicación misma del balizado.
No todos aplauden la idea. Organizaciones de transportistas avisan que la reforma castigaría la competitividad de la industria y dispararía costos de fletes. Argumentan que, más que prohibir, habría que perfeccionar la reglamentación, endurecer los criterios de peso, la verificación mecánica y el ya citado balizado obligatorio que, bien aplicado, podría prevenir accidentes. Sin embargo, Morán Sánchez insiste en que, con el paso de los años, las “medidas intermedias” no han sido suficientes para disminuir la siniestralidad.
El involucramiento de la GN en tareas de supervisión y control abre un capítulo adicional en la controversia. Algunos diputados acusan que el gobierno busca militarizar la seguridad en carreteras; otros ven lógico delegar la vigilancia a un cuerpo que promete mayor disciplina. Sea como fuere, se reforzaría el rol de la corporación en la vida civil, extendiendo sus facultades más allá de la mera seguridad pública.
Son años de choques y dimes y diretes en el Congreso sin un desenlace contundente. Pero esta propuesta llega con el respaldo del partido gobernante, un contexto de creciente conciencia ciudadana por la seguridad vial y el reciente endurecimiento de obligaciones como el balizado. Con todo, falta ver si la presión de la industria, las reacciones de las cámaras de comercio y el propio debate en el pleno terminan por “descarrilar” la reforma o si, por fin, el doble remolque quedará en el pasado. Por ahora, la partida está sobre la mesa, y el desenlace podría rescribirse en las próximas semanas. Mientras tanto, los transportistas siguen en la mira: entre prohibiciones, reglamentos y requisitos de balizado, nada parece claro.
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