Pemex al borde del abismo: el rescate billonario que todos pagaremos (y nadie pedía)

México negocia con bancos globales un salvavidas para los 120,000 millones de dólares de deuda de Pemex. Descubre por qué este plan podría ser la última estafa energética.

Pemex al borde del abismo: el rescate billonario que todos pagaremos (y nadie pedía)

120,000 millones de dólares. Esa cifra monstruosa —equivalente al presupuesto de salud de México por 5 años— es el lastre que arrastra Pemex. Mientras usted lee esto, el gobierno negocia con el Banco Mundial y Deutsche Bank un "refinanciamiento" que no salvará pozos ni empleos: solo comprará tiempo para una empresa que perdió $2,300 millones de dólares en tres meses.

El engaño del "balón de oxígeno"

El plan es un laberinto de espejos:

La petrolera debe $6,400 millones en 2025 y $47,100 millones antes de 2030. "¿Refinanciar? Es ponerle maquillaje a un cadáver", espeta un analista que pidió anonimato.

La bomba social que estalla en el sureste

La Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Petroleros (AMESPAC) lanzó un ultimátum: "Si no nos pagan en julio, paralizamos plataformas". Detrás hay talleres cerrados en Ciudad del Carmen, familias en Poza Rica eligiendo entre medicinas y gasolina, y 8,000 empleos perdidos solo en Campeche. "Pemex nos debe $20,000 millones. Ni siquiera nos devuelven las llamadas", denuncia el presidente de la cámara.

La farsa de la "reestructura"

El gobierno presume "alivios fiscales" y "simplificación operativa". Pero los números desmienten el teatro:

"Es un círculo vicioso: piden créditos para pagar créditos", explica un exdirector de la empresa. "Cada 'rescate' hipoteca más el futuro energético de México".

La última oportunidad (perdida)

Sheinbaum prometió una "transformación profunda", pero su hoja de ruta hasta 2040 omite lo esencial:

  • Cómo revertir la caída libre de producción (de 3.4 a 1.5 millones de barriles diarios en 20 años).

  • Dónde encontrar $47,100 millones para pagar deuda antes de 2030.

  • Por qué priorizar envíos "humanitarios" a Cuba sobre proveedores mexicanos.

Mientras, el tanquero Sandino sigue cargando crudo en Coatzacoalcos con destino a La Habana. Un símbolo perfecto: Pemex navega hacia el abismo, y México paga el pasaje.

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