La revisión del contrato colectivo se prorroga 15 días; pensiones, recursos operativos y condiciones laborales, los puntos más tensos.
Petróleos Mexicanos (Pemex) y el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) acordaron una prórroga de 15 días en la negociación del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT), en medio de tensiones por el régimen de pensiones, la falta de recursos operativos y las condiciones laborales en instalaciones clave.
Fuentes sindicales confirmaron que el punto más delicado es el futuro del sistema de pensiones, así como la ausencia de definiciones presupuestales para áreas como mantenimiento, transporte e insumos médicos. La dirigencia sindical, encabezada por Ricardo Aldana, también ha solicitado recursos adicionales para prestaciones sociales, actividades deportivas y ceremonias gremiales.
La presidenta Claudia Sheinbaum reconoció públicamente la complejidad del proceso y pidió mantener abierta la mesa de diálogo. “Yo esperaría que siguieran las negociaciones con el sindicato. Ahí está la mesa abierta”, declaró el pasado 22 de julio.
Durante las mesas técnicas, el sindicato ha insistido en la urgencia de mejorar las condiciones en plataformas, refinerías y centros de trabajo en tierra. Denuncian que varios contratos colectivos locales están desactualizados y que persisten retrasos en herramientas, transporte y servicios médicos.
La prórroga, según representantes sindicales, no responde a falta de voluntad, sino a la incertidumbre presupuestal derivada de la política de austeridad vigente. En mayo, Pemex anunció un recorte del 1.4% en plazas de confianza, con lo que espera ahorrar 3,500 millones de pesos este año. Aunque la empresa aseguró que no habrá despidos de personal sindicalizado, la medida ha generado inquietud entre trabajadores de base.
Por separado, fuentes internas de Pemex confirmaron que ya comenzaron los despidos de personal de confianza en áreas administrativas de la Torre de Pemex, lo que ha elevado la tensión en el entorno laboral.
La negociación del CCT ocurre en un momento clave para Pemex, que enfrenta presiones financieras, ajustes internos y una creciente demanda de certidumbre por parte de su fuerza laboral.
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