La Secretaría de Hacienda lanza operación con Notas Pre-Capitalizadas para fortalecer la liquidez de Pemex. Conoce cómo funciona este instrumento y qué implica para la petrolera estatal.
En un movimiento clave para evitar una crisis de liquidez en la empresa más endeudada del país, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) anunció este martes una operación financiera orientada a fortalecer la posición de caja de Petróleos Mexicanos (Pemex). La estrategia consiste en la emisión de Notas Pre-Capitalizadas, un instrumento financiero diseñado para dotar a la petrolera de recursos inmediatos sin comprometer directamente el balance del gobierno federal.
La medida busca atender las obligaciones de corto plazo de Pemex, que enfrenta vencimientos por miles de millones de dólares en los próximos meses, en un contexto de baja producción, presión operativa y creciente desconfianza de los mercados.
Las Notas Pre-Capitalizadas (P-Caps) son títulos de deuda en los que los intereses se descuentan por adelantado. Es decir, el inversionista paga un monto menor al valor nominal del instrumento, y no recibe pagos periódicos de intereses como en los bonos tradicionales. Este mecanismo permite a Pemex obtener liquidez inmediata, sin generar flujos de pago recurrentes en el corto plazo.
Aunque el gobierno no garantiza directamente la deuda, sí actúa como emisor de los instrumentos, lo que mejora la percepción de riesgo y permite colocar los títulos en condiciones más favorables que si fueran emitidos por Pemex de forma directa.
De acuerdo con Hacienda, la operación tiene como metas:
La dependencia subrayó que la operación se realiza en estricto apego a la Ley Federal de Deuda Pública, la Ley de Ingresos de la Federación y los límites de endeudamiento aprobados por el Congreso para 2025.
Aunque Hacienda no ha revelado el monto exacto, medios especializados estiman que la emisión podría alcanzar hasta 10 mil millones de dólares, lo que permitiría cubrir buena parte de los vencimientos de deuda de Pemex en lo que resta del año.
La operación se suma a otras medidas recientes del gobierno de Claudia Sheinbaum, como la colocación de bonos respaldados por activos (P-Caps) y el pago parcial a proveedores, en un intento por reordenar las finanzas de la petrolera sin recurrir a privatizaciones ni reestructuras abruptas.
Pemex enfrenta una deuda financiera superior a los 101 mil millones de dólares, y arrastra pasivos con proveedores por más de 400 mil millones de pesos. Su producción de crudo cayó a 1.64 millones de barriles diarios en mayo, su nivel más bajo en cuatro décadas.
La empresa ha sido incapaz de generar flujo de efectivo suficiente para cubrir sus compromisos, lo que ha llevado a una reducción drástica en la actividad de sus proveedores, incluyendo gigantes como Halliburton y SLB.
El respaldo financiero anunciado por Hacienda representa un respiro temporal para Pemex, pero no resuelve los problemas estructurales de la empresa. La mejora de su perfil financiero dependerá de su capacidad para:
La administración Sheinbaum ha optado por una estrategia de rescate sin intervención directa, apostando por instrumentos financieros sofisticados y disciplina fiscal. Sin embargo, los analistas advierten que, sin una transformación profunda del modelo de negocio de Pemex, el riesgo de deterioro volverá a mediano plazo.
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