
Desmenuzamos el Paquete Económico 2026 para Pemex: cuánto dinero realmente tendrá, en qué se gastaría y cómo pegan los supuestos de precio y plataforma en refinación, deuda y caja.
El Paquete Económico propone para Pemex 517,362 millones de pesos (mdp) de gasto programable —un incremento real de 7.7% vs. 2025— y apoyo adicional de 263,500 mdp para amortizaciones de deuda. En conjunto, el esfuerzo presupuestal identificable asciende a 780,862 mdp, entre presupuesto directo y transferencias del Gobierno federal. Este andamiaje financiero llega acompañado de un mensaje: ordenar pagos, despresurizar la cadena de suministro y proteger la operación, mientras se empuja un viraje hacia mayor consumo interno de crudo.
Hacienda ancla 2026 en un escenario prudente: precio promedio de la mezcla mexicana en 54.9 dpb y plataforma de 1.79 millones de barriles diarios (mbd). Además, se perfila menor exportación neta de crudo y una prioridad explícita por abasto doméstico, lo que presiona a la refinación para que entregue más producto útil y consistente con esa demanda interna. Traducción para caja pública: cada dólar arriba o abajo puede mover decenas de miles de millones; por eso, la sensibilidad de ingresos petroleros y el costo de los apoyos a combustibles serán clave.
Tres cubetas dominan el año:
Operación y mantenimiento: sostener campos y producción comercial sin abrir frentes costosos nuevos.
Refinación y logística: consolidar Olmeca (Dos Bocas) y la aportación de Deer Park, y reducir cuellos de botella en transporte-almacenamiento para maximizar barril útil.
Deuda y liquidez: el apoyo de 263.5 mil mdp se canaliza a amortizaciones; el resto exige disciplina operativa y manejo de pasivos con proveedores.
El documento macro acompaña con un techo de endeudamiento neto interno (Pemex) y metas de balance “equilibrado” sin considerar apoyos, lo que obliga a priorizar proyectos con retorno rápido y a podar lo que no sume barriles o margen de refinación.
Si el énfasis es “consumo nacional”, la refinación se vuelve el cuello de botella a resolver. ¿Qué mirar en 2026?
Utilización sostenida de las plantas y factor de disponibilidad de equipos críticos (hidrotratamiento, coquización, FCC).
Balance de crudo: mezcla alimentada vs. dietas importadas, para no sacrificar márgenes.
Diésel y gasolinas: cumplimiento de especificaciones y rendimiento por barril procesado.
Logística: inventarios en TAR y confiabilidad de última milla para que el barril refinado llegue a tiempo y con calidad.
Con precio de referencia contenido y un objetivo de exportar menos, cada punto de eficiencia en refinería vale más.
El apoyo directo a amortizaciones busca evitar que la bola de nieve financiera eclipse la operación. Aun así, Pemex seguirá bajo lupa en: flujo libre, costo financiero, y penetración de esquemas mixtos que traigan inversión y tecnología sin cargar todo en la chequera pública. Un calendario de pagos transparente, validación documental rigurosa y comunicación con contratistas serán determinantes para reconstruir confianza en la cadena.
Producción comercial vs. plataforma objetivo (1.79 mbd).
Precio efectivo vs. 54.9 dpb (seguimiento semanal).
Utilización de refinerías y margen por barril.
Inventarios estratégicos (TAR) y días de cobertura.
Capex ejecutado vs. programado y costo unitario por barril incremental.
Pago a proveedores: días de cuentas por pagar y dispersión por región.
El 2026 de Pemex será exitoso si convierte presupuesto en barriles que cuentan: más crudo comercial, más combustibles especificados y menos fugas por logística o paros no programados. Con supuestos ajustados y menos exportación, el margen no admite improvisaciones: ejecución quirúrgica, mantenimiento a tiempo y disciplina financiera. El resto —calificación, costo de deuda y confianza del mercado— vendrá por añadidura si el barril útil aparece, todos los días.
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