La mezcla mexicana de exportación acumula una pérdida de 8.4% en seis sesiones consecutivas, arrastrada por tensiones geopolíticas y señales de desaceleración global. El mercado petrolero enfrenta un segundo semestre con precios volátiles y expectativas moderadas.
El precio de la mezcla mexicana de exportación cerró este jueves en 61.63 dólares por barril, su nivel más bajo en seis semanas. Con esta cifra, acumula una caída de 8.4% en seis sesiones consecutivas, arrastrada por la incertidumbre geopolítica y señales de desaceleración económica global.
En los pasillos de Pemex, el ambiente es de cautela. “No es solo el precio, es el contexto. Cada día hay una nueva variable que nos mueve el piso”, comentó un analista de la empresa que pidió anonimato. Desde mediados de junio, cuando los precios tocaron máximos anuales, el mercado ha borrado sus ganancias ante la expectativa de una posible reunión entre Donald Trump y Vladimir Putin, que podría marcar un giro en la guerra en Ucrania.
El Kremlin confirmó que ambos mandatarios se reunirán en los próximos días, lo que ha generado especulación sobre un posible acuerdo diplomático. Moscú, tercer productor y segundo exportador mundial de crudo, es clave en el equilibrio global de precios. “Si Rusia vuelve a abrir válvulas, el mercado se inunda”, explicó un trader desde Houston.
En Londres, el Brent cayó 0.7% a 66.43 dólares, mientras que en Nueva York el WTI retrocedió a 63.88 dólares. Desde el regreso de Trump a la Casa Blanca el 20 de enero, ambos indicadores han perdido más del 15%.
La mezcla mexicana, que llegó a cotizar en 73.13 dólares en enero, tocó los 53.41 dólares el pasado 5 de mayo, su nivel más bajo desde abril de 2021. Aunque ha repuntado ligeramente, el panorama sigue siendo incierto.
Analistas de Wall Street prevén que los precios se mantendrán en un rango estrecho entre 60 y 70 dólares por barril. Según una encuesta de Reuters, el Brent promediará 67.84 dólares y el WTI 64.61 dólares en lo que resta de 2025. Goldman Sachs, por su parte, proyecta una caída del Brent a 56 dólares en 2026, ante el riesgo de una recesión global y nuevas tensiones comerciales entre EE.UU. y China.
La mezcla mexicana no está sola. El mercado petrolero global enfrenta un segundo semestre marcado por la volatilidad, la diplomacia incierta y una economía que aún no define su rumbo. Para México, el reto será navegar entre precios inestables y una producción que necesita mantenerse firme.
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